Plentzia quiere reabrir los locales del parking de la playa tras dos años clausurados

Los cinco locales del parking de Arpillao, situado frente a la playa de Plentzia, podrían volver a abrir sus puertas dos años después de ser clausurados. El Ayuntamiento ha aprobado en la mañana de este jueves el Presupuesto municipal para el ejercicio del 2023, que asciende a 5,5 millones de euros, en el que incluye una partida de 15.000 euros para la contratación de un estudio que determine el estado actual de las estancias.

Según el equipo de gobierno jeltzale, la intención es que el informe desvele «al detalle cómo está la infraestructura», sin descartar la posibilidad de aprobar a lo largo del ejercicio modificaciones de crédito puntuales que permitan materializar acciones de mejora concretas. Aseguran que se trata de una «demanda ciudadana», que no se llegó a contemplar en los fondos aprobados en mayo del año pasado, algo que ha sido criticado por EH Bildu, único partido en la oposición. Los abertzales, quienes se han abstenido en la votación, han enfatizado que fueron ellos quienes «pidieron incluir una partida específica para Arpillao, recibiendo el no por respuesta».

Desde que el Ayuntamiento decretó el cierre del inmueble en diciembre de 2020 por «motivos de seguridad», la polémica no ha cesado en la villa. La Corporación tuvo en cuenta un informe técnico que alegaba «daños estructurales» en la cubierta por filtraciones de agua para ratificar su clausura. Pero además de las 669 plazas de aparcamiento que contaba, 293 en concesión, el edificio también albergaba cinco locales municipales donde operaban varias asociaciones, así como Arkote, el club de piragüismo o el 'gaztetxe', las cuales tuvieron que ser desalojadas de inmediato.

Estos colectivos han solicitado «encarecidamente» al Consistorio que se lleve a cabo un estudio pormenorizado de cada estancia con el fin de hacer las intervenciones necesarias. Sobre todo, después de que el Danontzat Gaztetxea presentase un estudio técnico, el cual dejaba patente que el espacio donde se reunían estaba «en buen estado y únicamente presenta problemas de filtraciones puntuales, siendo innecesario su precintado».

El Consistorio justifica no haber podido actuar con anterioridad en el edificio debido al proceso judicial que todavía hay abierto con los antiguos concesionarios de las parcelas. Juan Pablo Aia, secretario de la agrupación que se creó en 2021 para luchar por la defensa de las plazas de Arpillao, apunta que la intención de la entidad siempre ha sido «que el conflicto se arregle», pero la falta de respuesta por parte de la Corporación hizo que la asociación interpusiera una demanda por «silencio administrativo». Según explicó Aia en una conversación con este periódico, «el problema no es que esté cerrado, sino que nunca hemos tenido información sobre cuál va a ser su futuro», añadiendo que desde su clausura, los problemas de aparcamiento en la villa «se han incrementado».

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