Un pedacito del Reino Unido en el corazón de Loiu
El cementerio británico acoge un área impecable con sepulcros de guerra de la Commonwealth, que contrasta con otras zonas «en peligro de dejadez»
Ane Ontoso
Loiu
Martes, 31 de octubre 2023, 16:30
Cruzar el umbral de la cancela de entrada al cementerio británico, ubicado en Loiu, significa viajar a otro país. Cada rincón de este camposanto empapa de la más pura estética inglesa. Aunque las tumbas llegaron al municipio en 1929, antes estuvieron en Bilbao, en la zona conocida como 'los Siete árboles', la ahora 'Campa de los Ingleses', donde se empezó a enterrar en el siglo XVIII. La parcela se concedió al gobierno británico «a perpetuidad», como así sigue siendo, aunque lo gestiona la Fundación de Cementerios Británicos de España. Una vez trasladado al nuevo emplazamiento, se decidió ampliar el uso de los enterramientos para incluir a los miembros católicos de la comunidad británica. De hecho, el cementerio alberga muchas nacionalidades, como «españoles, alemanes, estadounidenses, griegos, franceses, irlandeses, noruegos, suecos o suizos».
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El camposanto acoge, asimismo, un área con 56 sepulcros de guerra de la Commonwealth y otras víctimas de la contienda –fallecidos en edades muy tempranas y gestionado por la Commonwealth War Graves–, que el próximo 12 de noviembre (10.30 h.) recibirán un solemne homenaje en su memoria, el 'Remembrance Sunday', que según fuentes del consulado británico, «conmemora el final de la I Guerra Mundial, cuyo armisticio se firmó un 11 de noviembre a las 11 horas». Se coloca, asimismo, una corona de amapolas «en homenaje a los caídos y se guarda dos minutos de silencio junto al cenotafio». Cada una de las tumbas recibirá, además, un ramito de margaritas y una cruz.
Un emotivo acto de oración por sus almas al que suelen acudir medio centenar de personas, además del cónsul honorario y el alcalde de Loiu. «Es un orgullo y honor acompañarles y también lo es tener el cementerio en el barrio de Larrondo», revela el regidor, Josu Andoni Begoña. No es el único encuentro que acoge el cementerio británico, el domingo previo a Nochebuena se hace un recital de villancicos y lecturas bíblicas en la capilla católica –hay otra protestante en el recinto–.
Así como otras zonas del terreno proyectan una imagen más descuidada, este recoveco luce impecable. Junto a las lápidas, se puede hallar un libro de visitas con dedicatorias recientes que muestran el goteo de personas que se acercan a visitar a las personas que aquí descansan. 'Aquí para presentar mis respetos al hermano de mi abuelo', firma un ciudadano de Lancashire en inglés, o 'He conocido la tumba de mi bisabuelo', escribe una chica de Marbella. Otros han llegado incluso desde Canadá. La mayor parte de los mensajes mencionan palabras como 'paz', 'alma', 'calma' y 'respeto'. Algunos añaden peticiones como 'cuiden del lugar' y hasta aluden a un cierto abandono. 'Lo recordaba más cuidado', dice una barcelonesa o 'almas un poco olvidadas', refleja un vizcaíno.
Julián, un loiuztarra que vive en el municipio desde hace 60 años, recuerda que antes «había un mayor mantenimiento, segaban y había podas periódicas. Es una pena que lo tengan así, ahora está olvidado». Fuentes del consulado advierten de que el cementerio está «en peligro de dejadez». La casa que recibe en la entrada del cementerio, hasta hace más de una década el hogar de una familia guardesa, asimismo, está a la espera de una decisión que viene de Londres y se debate entre «demolerla o darle un nuevo uso». Quienes adoran el lugar, rezan por la segunda opción.
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