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Ladrillo a ladrillo desde el siglo XV en Getxo
El getxotarra Gorka Pérez de la Peña ha escrito la primera guía arquitectónica del municipio que va del año 1500 al 2020
Ciento cincuenta y siete páginas y más de un centenar de fotografías. La iglesia de Santa María, el chalet Tapia, la iglesia de los Padres Trinitarios, el Palacio Olaso, el Puente Bizkaia, pero también otros tantos bloques de viviendas que pasan habitualmente desapercibidos en el trajín diario... Edificios muy conocidos para el gran público y otros no tanto.
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El getxotarra Gorka Pérez de la Peña Oleaga, escritor de una treintena de libros, presentó ayer la que es la primera guía de arquitectura de Getxo. Es un libro casi de tamaño bolsillo, porque el autor lo que busca es que los getxotarras, pero también el resto de ciudadanos aprovechen los recursos que hay en el asfalto para forjar su conocimiento. «He querido poner en valor el patrimonio del municipio y cubrir este vacío bibliográfico, el formato escogido es una guía para que se pueda hacer recorridos por la ciudad, para que las personas vayan andando y aprendiendo», explicó el autor. Y en ese reto las edificaciones del municipio costero son un filón porque se mezclan estilos y épocas muy diversas.
Para que su manuscrito fuera una realidad ha dedicado cientos de horas a consultar archivos, planos que no habían vuelto a ver la luz desde que dieron pie a los inmuebles. Contaba con una tremenda experiencia porque Pérez de la Peña es el artífice de una guía de la capital vizcaína que en los noventa revolucionó las ventas de este tipo de libros. Y con ese bagaje decidió meterle mano a un municipio que conoce muy bien y del que tiene numerosos recuerdos de cuando era pequeño. Así que no fue difícil hincarle el diente y llevar a cabo una cirugía casi de precisión a la hora de analizar sus edificios.
En un principio estudió 1.500 inmuebles, un volumen inviable de información para dejar plasmado en un documento con el que recorrer las calles. Optó entonces por quedarse con poco más de cien edificios. «Lo mejor de Getxo. Se ha ordenado en dos períodos, uno en la arquitectura histórica de 1500 a 1859 y otra contemporánea de 1860 a 2020», describió Pérez de la Peña Oleaga. En cada página ha incluido una cuidada fotografía, el emplazamiento y la ficha técnica. «El aspecto fotográfico es muy importante porque hay que educar en la lectura visual a las personas», recordó el historiador para quien las ciudades arrojan numerosas oportunidades para el disfrute y el conocimiento.
«Getxo es un municipio singular, un caso único con valores excepcionales en Bizkaia y, sin embargo, no hay ningún monográfico. Si hacemos un relato de las ciudades balneario sería una de las más bellas y tampoco aparece dentro del listado de municipios vascos más bonitos del Gobierno vasco», comentó el escritor que estuvo acompañado en la presentación del Jefe del Servicio de Patrimonio de la Diputación de Bizkaia, Alberto Santana.
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«Es un sitio difícil de abordar, nadie hasta ahora se había atrevido por su personalidad múltiple compleja y pluriestratificada. Mezcla una aldea rural con una patria de arrastradores de barcos, una anteiglesia, un país de acantilados y dunas cambiantes, pero es que además hace 150 años se convirtió en una de las estaciones balnearias más importantes de Europa para dejar luego paso a una ciudad invernal en la que la gente se queda todo el año a vivir», recordó el trabajador del ente foral.
El autor ha querido diferenciar dos épocas, aunque según añadió la mayor parte del patrimonio de excepcional valía procede de «finales del siglo XIXy comienzos del XX». En esa primera etapa imperaron tres estilos, el renacimiento, el barroco y el neoclásico que dejaron ejemplos como el caserío Murua, la iglesia de Santa María o el castillo del Príncipe en la Galea.
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Modernismo
Con el paso de los años irrumpió la arquitectura más moderna y lenguajes como el eclecticismo, el neovasco, neoinglés, el modernismo, el regionalismo y el art déco, entre otros. Y Getxo se volvió a llenar de edificios representativos como la ermita de Santa Ana, el primer Ayuntamiento, el Palacio Itsaso Alde, el chalet Itsaogane o el Aitzghoyen y el mismísimo Puente de Bizkaia, entre otros. En esa época destacaron arquitectos como Manuel María de Smith, Calixto Emiliano Aman, Ricardo de Bastida y Ángel Líbano.
En el siglo XX llegó el estilo nacional, el racionalismo de la posguerra, había que adaptarse a los nuevos tiempos, pero también la modernidad de los años cincuenta, el funcionalismo, el organicismo y las neovanguardias. «En Getxo tuvo una notable presencia el eclecticismo de la segunda mitad del siglo XIX y primera década del XX, aunque lo conservado es muy poco porque se ha derribado», lamentó el experto. También en esa época comenzaron a crearse edificios con varios pisos, las denominadas viviendas de Vizcaya y el mercado municipal de Algorta, entre otras. Con el funcionalismo nació la Real Sociedad de Golf de Neguri, el Club Marítimo del Abra y la Ciudad Deportiva de Fadura.
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En opinión del Pérez de la Peña Oleaga, conocer el patrimonio arquitectónico es «imprescindible» para las generaciones futuras. «Debe servir a la sociedad» y en esta línea pospuso al Consistorio getxotarra que mueva ficha, que uno de los palacio se utilice como un «edificio» en el que contar la historia de su rico patrimonio e incluso apueste por sumarse a una marca de promoción como puede ser la de ciudades de movimiento moderno, por ejemplo.
«Incluye un lenguaje sencillo, ameno para todo tipo de mundo», animó el editor Ignacio González de Riancho a adquirir el documento que publica el grupo Cruzial y que se une a otras recopilaciones de ciudades como Bilbao, Sestao, Barakaldo, Valladolid, Burgos, Logroño...
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