Jardineros de Getxo trabajan escoltados por la Ertzaintza al abandonar la huelga
El Ayuntamiento muestra su «decepción» por la falta de un acuerdo entre empresa y trabajadores, mientras los ciudadanos piden «soluciones»
Camino de los tres meses. Los jardineros de Getxo cumplirán el próximo lunes noventa días de movilizaciones por la falta de un convenio y la ... actualización del IPC. Sin embargo, al conflicto laboral, lejos de apaciguarse, le salen nuevas aristas.Esta semana cinco trabajadores de los más de cuarenta que conforman la plantilla de la UTE Getxo Lorategiak han decidido volver a trabajar. No secundarán ya por tanto la huelga que convoca el sindicato mayoritario ELA desde el pasado 1 de abril.
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Su decisión ha provocado momentos de tensión durante las últimas tres jornadas y que patrullas de la Policía Local y la Ertzaintza les tuvieran que proteger. Sus compañeros han llevado a cabo «intimidaciones y gritos de esquiroles». Según denunciaron ante la guardia urbana, el primer día que volvieron a su puesto les «pincharon las ruedas» e intentaron impedirles que salieran del pabellón en el que guardan el material.
Mientras tanto, la negociación continúa enquistada. Ha habido reuniones entre los trabajadores y la empresa con la mediación del Gobierno vasco, pero de momento no hay un acuerdo encima de la mesa. Los afiliados de la central nacionalista reciben el sueldo del sindicato gracias a la caja de resistencia, pero el resto no, razón que está provocando la ruptura de la unidad laboral.
Casi la mayoría de la plantilla acudió nuevamente ayer por la mañana al pleno municipal para pedir al Ayuntamiento que no mire a otro lado y recriminaron a la alcaldesa, Amaia Aguirre, que no les haya recibido. «No sé si decir que tenéis desinterés, estamos decepcionados con el equipo de gobierno porque se está alargando en el tiempo, nos hubiera gustado que mediaseis con la empresa, y no ha sido así. Si hay una intervención del Gobierno vasco es porque los trabajadores lo hemos solicitado», subrayaron.
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«No es fácil», dice la alcaldesa
Aguirre contestó que «no es agradable, no esperaba veros aquí otra vez y tenía la esperanza de que se arreglase». Ante las críticas de inacción dijo que «algunas cosas se hacen públicamente y otras discretamente, no es una situación sencilla y seguimos trabajando en ello, pero no tiene una solución fácil», destacó la regidora jeltzale, al tiempo que insistió en que es un conflicto entre «empresa y trabajadores».
La contrata FCC y la UTE Lorategiak se ha negado hasta el momento a aplicar una subida del IPC del 3,1%. La empresa les ofreció un 0,8% menos, pero los trabajadores no lo aceptaron porque denuncian que hace dos años ya perdieron otro «4,5% de poder adquisitivo con la firma del anterior convenio». «Desde el primero momento, cuando FCC y la UTE Lorategiak se hicieron con el contrato, ya nos dijeron que no tenían margen de maniobra, que estaban en pérdidas», explicaron desde ELA, sindicato mayoritario en la empresa. Los empleados arremeten contra la institución local y el equipo de gobierno, en manos de PNV y PSE, al que acusan de aprobar contrataciones de servicios que son «casi bajas temerarias».
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Y sin acuerdo a la vista los jardines parecen «selvas», según critican numerosos residentes, que temen un «problema sanitario». «Los niños y los perros tienen que tener cuidado porque cada vez hay más bichos, hay trozos de cristales y basura», lamentan. «La suciedad llama a suciedad y esto se pasa de castaño a oscuro. El Ayuntamiento no se puede permitir este enconamiento, es verano y es el peor momento, pagamos además suficientes impuestos para que podamos disfrutar en verano de nuestras zonas verdes», denunciaba un grupo de amigas en el centro de Algorta.
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