Investigan a dos policías por denuncia falsa contra una armería de Getxo
La acusación contra el hombre que regentaba el negocio y su hija de liderar una red internacional de tráfico de armas fue archivada
Un juzgado de instrucción de Getxo mantiene como investigados a dos agentes de la Policía Nacional por acusación falsa contra los dueños de la armería ... Cantábrico Militaria en una operación que se saldó con la incautación de 10.000 armas inutilizadas, en enero de 2017. Pese a las graves imputaciones, que situaban al hombre que regentaba el negocio, Jesús Prieto, y a su hija Amaia como los cabecillas de una red de tráfico internacional de armamento que suministraba piezas a grupos terroristas, un juzgado archivó la causa cinco años después, en julio de 2022.
En el auto, el juez advertía entonces de que la «colosal operación policial había quedado desbaratada punto por punto» durante la instrucción. Según estos dos policías nacionales, que están destinados en Madrid y firmaban los atestados, los responsables de la armería vizcaína vendían las armas inutilizadas con las piezas necesarias para volverlas a poner en funcionamiento. En una nota de prensa oficial, llegaron a vincular a la armería con un yihadista que había matado a cuatro personas en un atentado en el museo judío de Bruselas, aunque esta relación nunca pudo probarse.
Según ha publicado eldiario.es, el juzgado de instrucción número 4 de Getxo tomó declaración a los dos policías imputados a finales del pasado mes de junio tras recibir una querella contra ellos por parte de padre e hija, dueños de la armería. Tras escucharles, la Fiscalía solicitó el archivo, pero el titular del órgano judicial ha decidido mantener la condición de investigados. Uno de los agentes llegó a ser condecorado durante la celebración de la festividad de los Ángeles Custodios.
Jesús y Amaia pasaron tres meses en prisión provisional por esta causa en las cárceles de Basauri y Zaballa (Álava), mientras los peritos de la Policía intentaban sin éxito encontrar una sola arma en situación irregular. La Comisaría General de Policía y la Interpol anunciaron con gran repercusión mediática la «desarticulación de una organización criminal a la que se han incautado miles de armas de guerra listas para su venta en el mercado negro internacional a grupos terroristas».
Templo del coleccionismo
El 14 de marzo de 2017 se presentaron las 10.622 piezas incautadas, que apenas cabían en el hangar del helicóptero, en el cuartel de Basauri. Pero después se comprobó que todas estaban inutilizadas de forma legal, catalogadas como piezas antiguas o armas de una tremenda carga histórica, como defendían los responsables de la armería, que vieron cómo su negocio se hundía de la noche a la mañana.
Ubicada en la calle Iturribide de Getxo, la tienda especializada estaba considerada como un auténtico templo del coleccionismo, pero, según la Policía, se había convertido en un «centro clave del tráfico de armas en Europa». Perdieron a casi la totalidad de sus clientes. «Imagina el destrozo. No hay forma de compensarlo», lamentaba Amaia en declaraciones a este periódico tras conocerse el sobreseimiento libre de las acusaciones.
Los propietarios siempre defendieron que la mayor parte de su facturación procedía de actividades relacionadas con el cine. Alquilaban a las producciones cinematográficas sus armas -que ellos mismos dejaban inservibles para disparar- para usarlas en películas. «Nos hemos dedicado un montón al atrezo», decían. Colaboraron en cintas tan conocidas como 'Los últimos de Filipinas', '23-F', 'El laberinto del Fauno' y 'Lasa y Zabala', entre otras.
Su último proyecto fue participar en la película 'Gernika', rodada en 2016 por el realizador getxotarra Koldo Serra un año antes. «Alquilamos ciento y pico fusiles de la Guerra Civil».
«Eran acusaciones increíbles, de película», lamentan los dueños
«Eran acusaciones increíbles, de película. No se cortaron ni un pelo. Nos adjudicaron roles en lo del camión de Niza, con la bomba de no sé qué… algo dantesco, de locos», lamentaba Amaia tras conocer el archivo de la causa. Se refería al atentado con 84 muertos registrado en julio de 2016 en Francia, cuando un terrorista fue abatido tras arrollar a decenas de personas. «Hemos estado cinco años con todo el patrimonio incautado. El desprestigio y daño que hemos sufrido es brutal». La mujer no olvida el momento de la detención. «Fue surrealista. Llevé a mis hijos -9 y 7 años entonces- a la ikastola. De ahí fui al supermercado y de repente se me cruzó un coche encima de la acera. Me bajaron cuatro y me dijeron: ¡Está usted detenida: Policía Nacional! Yo pensaba que era una broma». Aunque ha dado mil vueltas a lo sucedido, todavía no entiende por qué la Policía decidió intervenir en el negocio familiar. A día de hoy, es «inexplicable». Con más de tres décadas al frente de la tienda, tuvieron innumerables revisiones «sin previo aviso» por parte de la Guardia Civil, con competencia en control de armas. «Cada dos meses o tres meses vienen y piden lo que les parece, y jamás hubo nada oscuro, ilegal».
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