Un informe municipal admite «fallos» en Fadura para usuarios con discapacidad
Getxo Kirolak es «consciente de la importancia de mejorar la accesibilidad» y dice que ya se están dando pasos
La ciudad deportiva municipal de Fadura, en Getxo, cuenta con 360.000 metros cuadrados de instalaciones para la práctica del deporte. Sin embargo, no todos ... los edificios son accesibles. El que muestra la peor parte es el principal, a pesar de que es en su interior donde se registra la mayor oferta de actividades. Desde el gimnasio hasta salas en las que realizar todo tipo deportes indoor, varias piscinas, el solárium, la sauna, la sala de masajes y de tratamientos estéticos...
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Un informe municipal reconoce que se amontonan las «deficiencias». Ya incluso desde la entrada. «La configuración de las puertas es compleja», recoge el documento entre otras incidencias. «En los aseos no hay un espacio de 80 centímetros para acceder al inodoro, y tampoco la altura es la adecuada para utilizar otros aparatos», se cita.
Los vestuarios no se quedan atrás en cuanto a dificultades. En la zona seca no tienen y los que están destinados a grupos son «completamente inaccesibles». «No hay espacio suficiente para girar, pero además en el interior no se llega a los aparatos», reconoce el documento. El pasillo que da acceso al ascensor en la planta baja tiene 112 centímetros y resulta complicado dar el giro cuando se va en silla de ruedas. Tampoco estas personas pueden acceder a la zona en la que se ofrecen masajes y cuidados estéticos por la imposibilidad de maniobrar. Todo ello lleva a los usuarios a solicitar que, «antes de iniciar la ampliación de 40.000 metros cuadrados, se arreglen todos estos fallos».
Getxo Kirolak reconoce que es «consciente de la importancia que tiene mejorar la accesibilidad en sus polideportivos». Y asegura que se están dando pasos. «Recientemente hemos afrontado dos mejoras importantes en Fadura en este sentido». El ascensor ha sido sustituido y se ha llevado a cabo una obra para proteger su maquinaria de la oxidación que provoca estar cerca de la piscina y que afectaba a su funcionamiento. Se ha construido una rampa a la sala de estudio que salva los escalones que dificultaban el acceso a usuarios con alguna discapacidad. Medidas todas ellas que han costado 100.000 euros. «El polideportivo fue construido en los años 70 y sabemos que la normativa y las necesidades han experimentado grandes cambios. Estamos incorporando la perspectiva incluida en Thinking Fadura y tenemos en cuenta las recomendaciones que proponen asociaciones y expertos», aseguran.
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Otro ascensor
A petición de los usuarios, estos días se va a trasladar la silla hidráulica de la piscina de Gobela al vaso interior de Fadura y se construirá un segundo elevador en el polideportivo de Gobela. Otra de las quejas tiene que ver con el exterior de las instalaciones. Y es que los usuarios que se desplazan en silla de ruedas y quieren presenciar competiciones lo tienen bastante complicado, ya que la única manera de acceder a las gradas de los campos de fútbol es sorteando varias filas de escaleras, según recoge el informe.
«Me niegan una silla para la piscina porque cuesta 9.000 euros»
Marian Sánchez Escudero sufre esclerosis múltiple desde hace 33 años, una enfermedad que dio sus primeras señales cuando contaba apenas 18. Para atajar el avance de esa dolencia es fundamental hacer deporte, motivo por el que cuatro días a la semana utiliza la piscina municipal. Acude en su silla de ruedas scooter. «Es lo único que puedo hacer», lamenta. «Quieren amplir las instalaciones y construir edificios nuevos, y resulta que el central, que es donde están las piscinas, no cumple el Real Decreto 193/ 2023 de 21 de marzo», lamenta.
«Nadar es lo único que puedo hacer para mantener a raya mi enfermedad», recuerda. Pero para llegar hasta las piletas tiene que sortear «un camino de obstáculos». Encuentra dificultades en la entrada, en los baños, cuando se dirige a los vestuarios... No hay suficiente radio de giro y las condiciones son muy malas», señala.
Marian lleva tiempo solicitando que se instale una silla hidráulica en la piscina de 25 metros. «Así las personas con movilidad reducida y los mayores podríamos acceder fácilmente», asegura. Esta usuaria ha presentado «varias peticiones formales» al Ayuntamiento, pero «no hay nada que hacer. Me dicen que cuesta 9.000 euros y no tienen presupuesto», lamenta.
«Existe una silla de estas características en la piscina de 50 metros, pero al estar en la planta baja del edificio, los días que hay goteras no puede utilizarse porque la temperatura desciende mucho. No nos queda otra opción que ir a la piscina del primer piso que carece de un accesorio específico para nosotros», denuncia.
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