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María Ángeles, de 80 años, es paciente del hospital y le acompaña su sobrina. J. G.

El hospital de Gorliz consolida la primera Unidad de Fragilidad en Euskadi

Con ayuda de un equipo multidisciplinar, innova en la atención integral a pacientes mayores desde una triple perspectiva: física, sanitaria y social

Johana Gil

Gorliz

Lunes, 6 de enero 2025, 17:29

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La atención a pacientes mayores ha tomado un nuevo rumbo. Con unas pocas camas en la tercera planta del hospital de Gorliz empezó hace algo más de dos años el plan piloto que más tarde se consolidaría como la primera Unidad de Fragilidad de Euskadi. Una propuesta innovadora por su enfoque integral y personalizado hacia los pacientes más vulnerables. Un modelo pionero en la comunidad autónoma donde se integra al geriatra en la sanidad pública, una figura que hasta hace poco no existía de manera formal en Osakidetza.

Este proyecto, que comenzó a tomar forma a finales de 2022, responde a una necesidad creciente del sistema sanitario de ofrecer cuidados integrales. Desde nutricionistas hasta fisioterapeutas, pasando por enfermeros, auxiliares y trabajadores sociales integran el equipo que pretende «cambiar el paradigma» de atención a las personas mayores, especialmente aquellas con enfermedades crónicas o múltiples patologías. El objetivo es claro: mejorar la calidad de vida y reducir las complicaciones derivadas de los ingresos hospitalarios de los pacientes geriátricos. «El tratamiento no solo debe centrarse en sus enfermedades actuales, sino en una visión holística que contemple su estado físico, cognitivo y social», explica Isabel Montes, directora médica del hospital.

Un trabajo multidisciplinario. Cada miembro del equipo se reúne a diario para evaluar y diseñar planes individualizados. A día de hoy, atiende de 35 a 40 pacientes al mes, con una media de estancia de 12 días cada uno.

Adaptación

«La clave es la integración de todos los profesionales alrededor del paciente», enfatiza Montes. Precisamente, uno de los elementos que hace de esta unidad algo singular es su capacidad de adaptarse a la vida de los pacientes antes de su ingreso. La finalidad es minimizar el impacto de la hospitalización en su vida cotidiana y evitarles complicaciones que puedan surgir por las propias dinámicas del centro. De esta manera, pretenden disminuir la medicación innecesaria y se reduce el uso de dispositivos invasivos, algo fundamental para evitar complicaciones adicionales, indica la geriatra Laura García Ortiz.

«Nos adaptamos a sus ritmos y necesidades. Por ejemplo, evitamos tomarles la tensión o administrar medicación por la noche, como muchas veces ocurre en los hospitales, y también favorecemos su movilidad para prevenir el sedentarismo, que en personas mayores puede tener consecuencias devastadoras», comenta.

El equipo de la Unidad de Geriatría del Hospital de Gorliz. J. G.

El trabajo con las familias también es esencial. Durante su ingreso se les enseña cómo cuidar a los pacientes, desde la movilidad hasta la administración de medicamentos y el diseño de la dieta. «Es importante que la familia se involucre, ya que son ellos quienes estarán con el paciente fuera del hospital», subraya el fisioterapeuta Jon Esteban. Es el caso de María Ángeles, que a sus 80 años llegó a Gorliz tras una cirugía para colocarle una prótesis de cadera. Un procedimiento necesario después de años de dolor debido al deterioro de sus huesos. Su sobrina explica que es posible que no recupere la movilidad total. «Estuve un día en la rehabilitación y vi cómo la trataban. Es un proceso muy individualizado. Es importante que ella también se esfuerce y ponga de su parte», añade esperanzada.

El equipo se enfrenta entonces al desafío de cambiar el modelo tradicional de atención hospitalaria. En muchos casos, el ingreso en urgencias es visto como el camino más rápido para tratar una patología, pero la realidad es que muchos de estos pacientes pueden beneficiarse más de una atención directa en unidades especializadas como la de Gorliz.

Según la geriatra Teresa Barrallo: este proceso «podría marcar la pauta para el futuro de la atención de personas mayores en Euskadi. La unidad demuestra que a medida que envejecemos, no debemos centrarnos en tratar enfermedades aisladas, sino en cuidar a la persona en su conjunto».

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