Getxo supera sin incidentes la segunda noche de las no fiestas
txema izaguirre
Sábado, 31 de julio 2021, 10:11
La madrugada del sábado transcurrió sin incidentes para ese operativo especial de más de 40 policías encargados de la seguridad ciudadana en las 'no ... fiestas' de Algorta. Las hojas del calendario del jueves y el viernes ya se han arrancado con idéntico resultado en una localidad costera que supera los 987 casos de incidencia de coronavirus por cada 100.000 habitantes, y que vigila que el día grande de San Ignacio se cierre con un balance igual: mucha korrika policial para evitar quedadas y botellones por el centro de la ciudad, y vigilancia de patrullas en coche por los parques y parajes naturales apartados.
Un automovilista investigado por conducir bajo los efectos del alcohol, dos bares denunciados por incumplir horario de cierre, otro por tener la música puesta en la terraza bien pasada la medianoche y el diluir las ganas de juerga de unos 300 jóvenes que jugaron al gato y al ratón con los agentes. Así transcurrió el turno de noche de los números de la Policía Local, apoyados por la Ertzaintza en sus labores.
De las once de la noche a las seis de la mañana, cada uno de los agentes municipales ha dado en torno a unos 8.052 pasos en sus korrikas por el centro urbano. La jornada anterior, algo más de 10.000, lo que supone unos siete kilómetros. Anecdóticamente, es la cifra de actividad física que recomienda hacer cada día a las personas la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La lluvia que cayó por la tarde restó mucha asistencia. Hasta había algún hueco para aparcar en el centro de Algorta. Las terrazas estaban prácticamente vacías al acercarse las 00.00 horas. Ertzainas y agentes locales se coordinaron en la calle Euskalherria antes de arrancar el operativo a pie de calle. Seis Policías Locales entraron andando a era hora en el corazón urbano y de la fiesta, aunque estaba suspendida por el covid. «Primero es la salud», lanza siempre la alcaldesa, Amaia Agirre, como mensaje prioritario. Al igual que las comisiones de fiestas, que tampoco han organizado actos este año. A medianoche, en la plaza de San Nicolás apenas había 200 personas a esa hora.
Tras insistir en que estaba prohibido beber en la calle, la sola presencia de los agentes propició que la mayoría se fuera. Sólo entonces arrancaron por Avenida Basagoiti hacia Satistegi, donde la placita se vio casi vacía. De ahí, se dirigieron a Amezti, donde el panorama cambió. Unos 150 jóvenes se congregaban en la calle cerca de la una de la madrugada. Como los minutos transcurrían sin que se fuesen, una patrulla de refuerzo de la Guardia urbana vino a reforzar la presencia de seguridad. «Paciencia, hablar mucho, didáctica. Esto es así», explicó un agente. «Siempre hay quienes quieren hablarnos. Me acaba de decir uno que llevan año y medio hartos por el covid», agregó otro.
Avisos y sanciones
Poco antes de la 01.30 horas, los jóvenes se habían marchado. Disuasión por perseverancia. Reinó el silencio cuando la korrika arrancó de vuelta. Dentro de un bar de Satistegi, por los huecos de los estores bajados, descubrieron a ocho personas consumiendo cuando sonaba la música dentro del local. Tardaron unos minutos en abrirles la puerta, pese a tocar insistentemente. Ahí se aplicó la norma. «Se pasa más de media hora del cierre y habrá sanción. Son 600 euros la primera vez, pero como es reincidente, serán 1.200», explicó un policía. Entonces por las emisoras les avisaron sus compañeros que operaban en Romo que pasaba lo mismo en otro bar de ese barrio. Otra multa. Mientras, un tercero les comunicó que sonaba música en una terraza. Tercera sanción a un local de hostelería.
Pero con los jóvenes hubo mucha mano izquierda. Pasadas las dos de la madrugada, se habían juntado unos 300 a unos 150 metros del Getxo Antzokia, en una pequeña plazas y calles adyacentes. Allí se apostaron los seis policías locales, advirtiendo que estaba prohibido consumir alcohol. Su sola presencia y la repetición de las recomendaciones, con el paso del tiempo, fueron erosionando la voluntad de los congregados. «Hace buena noche y quieren estar en la calle, pero la cosa está la cosa tranquila. Paciencia y pedagogía. Hay que usarlas para que se vayan a sus casa», comentó conciliador el agente responsable del grupo, mientras retiraba unas botellas de cerveza que estaban cerca de unos jóvenes. Las patrullas en coche reforzaban la vigilancia en la periferia, en las playas, el Puerto Deportivo y La Galea, principalmente. «Todo tranquilo» sonó por la radio. «A ver si es igual mañana, que es día San Ignacio», comentó otro. «Esperemos que sí», deseó un tercero.
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