El garbigune de Getxo sufre continuos asaltos para robar el cobre de los aparatos

Vecinos de Neguri achacan la suciedad a aquellos que acceden al servicio foral para sustraer el «cobre y otros metales que tienen valor en el mercado y que se pueden vender fácilmente, pero es que además luego lo dejan todo tirado». «Están todo el día, por la mañana son más cuidadosos, saltan la valla sin ningún pudor y cogen lo que quieren de los contenedores. Los de la noche son más peligrosos, se te encaran si les dices algo y dejan todo el entorno lleno de basura», señalan los residentes.

EL CORREO pudo comprobar ayer al mediodía cómo un joven accedía por el extremo más cercano a la carretera y revisaba uno de los contenedores en los que se depositaban los enseres que a esa hora iban llevando los getxotarras. Los trabajadores del garbigune prefieren no hablar. Hace dos años uno de ellos sufrió una paliza por encararse a los rateros. En varias ocasiones los empleados de estos servicios han denunciado públicamente que reciben amenazas de muerte de personas que intentan hacerse con los enseres que otros ya no quieren en casa.

Para corregir la situación y que los restos no terminen en el caso de Getxo en el entorno del río, el Ayuntamiento hará un requerimiento a la Diputación y reforzará la limpieza con el nuevo servicio de zonas naturales, que se ha separado del contrato de limpieza municipal. Su cometido es adecentar el cauce y las zonas naturales. «Se están ocupando de ello, hace unos días han limpiado el lugar y el próximo lunes harán una última batida. De los electrodomésticos de gran tamaño se ocupará el garbigune», detalló el responsable municipal a preguntas de EH Bildu.

La formación soberanista alertó de que supone un «grave riesgo para el medio ambiente, afecta al agua». En opinión de su portavoz, Ibon Rodríguez, «una cosa es que exista un problema con que haya gente que entre en el garbigune y otra que se limpie». «Habrá que cambiar las dinámicas de vigilancia porque no se trata de una acumulación de residuos un día puntual, ni de la noche a la mañana. Durante mucho tiempo ha estado así y nadie ha hecho nada desde el Ayuntamiento», se quejó.

«Sí es cierto que hay que controlar la entrada y salida ilegal de los productos», reconoció Urkitza. El Ayuntamiento no es competente para hacerlo. Recordaron que la gestión es de la «Diputación». Desde el Consistorio esperan que «con la puesta en marcha del nuevo servicio la situación mejore». Urkitza se mostró, en todo caso, a favor de terminar con un «coladero que nos deja todo tirado y la zona del río sucia». «Estamos de acuerdo en que hay que vigilarlo», afirmó.