«Cualquier día un ciclista nos atropella al poner el bidegorri en mitad de la acera»
Vecinos y comerciantes de la calle Mayor de Las Arenas denuncian «caídas, falta de luz, de árboles y aparcamientos ajustados» en el último tramo semipeatonalizado
Las obras de la segunda fase de semipeatonalización de la calle Mayor de Las Arenas están en el punto de mira de vecinos y comerciantes. ... Fue polémica su ejecución después de que el presupuesto se disparase un 20%, hasta el 1,1 millón de euros, y se alargase tres meses el plazo de ejecución. Y una vez concluido el tajo, denuncian que ha quedado una zona «peligrosa». «Nos van a matar. Cualquier día hay un accidente porque las bicicletas y patinetes van como locos, no se puede encajar un bidegorri de esta forma, en la acera..., la gente no se da cuenta y anda por el bidegorri», afirma Idoia, propietaria de una zapatería.
A Edurne, dependienta de la pastelería Galdaretxe, un despiste casi le pasa factura. «Un día un ciclista se lleva a una persona por delante y sin tardar mucho. A mí no me ha pasado por los pelos, vienen a mucha velocidad, como una flecha, y no estamos acostumbrados. Un día fui a ayudar a descargar al chico que nos trae la mercancía y casi me atropellan», asegura a ELCORREO.
Desde que se inaugurase hace unas semanas el nuevo tramo de la calle dos personas mayores se han caído. «Yo las atendí, se resbalaron porque varias losetas están levantadas. A una señora le tuvieron que dar cuatro puntos en la cabeza y otra persona se hizo daño en el brazo», recuerda una de las comerciantes del céntrico vial. También ha habido quejas porque «resbala el suelo».
«Dicen de las bicicletas, pero tenemos que tener cuidado con los patines eléctricos, cuando te das cuenta les tienes encima. Quieren juntar todo en el mismo espacio y no puede ser, cuando llueva bien ya veremos si patina», apunta Emilse Icedo.
El «poco espacio» de las plazas de aparcamiento que «invaden la calzada» y la «falta de iluminación» amplía la lista de quejas. «No hicieron bien la medición y los coches no entran, los conductores se ven obligados a estacionar encima de la canalización del agua de la lluvia», afirma otro comerciante. «Han puesto farolas unidireccionales, únicamente enfocan a la carretera. En cuanto cae la noche la acera queda completamente apagada, se convierte en un túnel», aseguran los vendedores. «Han querido quedar bien con todo el mundo, no quitar aparcamientos, hacer un bidegorri y mantener la acera y esto es un desastre», defienden.
«Ni siquiera quedan árboles», lamentan. El Ayuntamiento justificó antes de verano el cambio de proyecto y suprimir la jardinería después de que la empresa contratista se topase con infraestructuras no recogidas en los planos. Según explicó la concejala de Obras y Servicios, Janire Ocio, «una vez se abrieron las zanjas se vio que los servicios no eran como estaban en el inventario municipal». Aparecieron desde redes de gas, electricidad y telefonía no contempladas e incluso una línea de media tensión sin protección.
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