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A. C.
El colegio público de Sopela no ampliará su capacidad con barracones

El colegio público de Sopela no ampliará su capacidad con barracones

Durante el verano se han llevado a cabo obras de remodelación en Zipiriñe para ampliar el comedor, el patio y varias aulas

Andrea cimadevilla

Jueves, 16 de septiembre 2021, 23:39

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«Se han hecho labores de acondicionamiento, por lo que no serán necesarios incluir módulos prefabricados». Así lo ha confirmado el Departamento vasco de Educación a EL CORREO tras la polémica surgida antes del verano por la colocación de nuevos barracones para paliar de manera temporal la masificación del alumnado en el colegio público Zipiriñe de Sopela. Eso sí, la edificación de un nuevo centro deberá esperar al menos unos años más hasta que Lakua tome una decisión al respecto.

Los trabajos de ampliación comenzaron el pasado mes de julio en la calle Goiene, la vía contigua al colegio, eliminando 50 plazas de aparcamiento en batería. «La obra realizada se ha hecho con la finalidad de aumentar el terreno del patio», confirma Josu Landaluze, alcalde de Sopela por el PNV. Estos trabajos tienen como objetivo garantizar los grupos burbuja entre los alumnos durante el recreo por el coronavirus.

«En los últimos años ha bajado la matriculación de los alumnos, sobre todo, por el poco espacio que tenían en el comedor. Tenían que comer en tres turnos y rápido». Es por ello por lo que uno de los propósitos del proyecto de remodelación era incrementar la capacidad de este habitáculo, con el objetivo de que los alumnos pasasen de almorzar de tres a dos turnos. Josu Landaluze confía en que la remodelación que se ha realizado ayude a parar la caída de matriculaciones.

Además de la ampliación del comedor, también se haincrementado el tamaño de la sala de profesores, se han incluido cuatro nuevas aulas de apoyo, y finalmente, en un futuro, se tiene previsto añadir un almacén en la parte subterránea del colegio. Desde el Departamento de Educación confirman también que «tras un análisis de la situación, se continuarán adoptando nuevas medidas en la escuela».

Tras las sucesivas protestas por parte de la asociación de madres y padres de alumnos (AMPA) -a las que se unieron numerosos profesores-, proponer una solución definitiva a Zipiriñe se convirtió en una prioridad para el Ayuntamiento. Es por eso por lo que el Consistorio de Sopela realizó una cesión «del uso de dominio del centro» a a la consejería de Jokin Bildarratz por un periodo de cinco años para que fuese éste órgano quien analizase la necesidad de construir un nuevo edificio para el colegio o no. Por ahora, el Departamento de Educación no ha descartado la posibilidad de levantar otro inmueble y se ha marcado un plazo máximo de dos años para analizarlo. Los tres siguientes estarían definidos para la edificación del mismo.

El estudio sobre la construcción o no de un nuevo colegio lo harán en base a la evolución de alumnos matriculados, que actualmente rondan los 900, después de la caída de escolares. No obstante, las familias ya advirtieron sobre la posibilidad de que ésta crezca tras los más de 500 nuevos pisos que se están construyendo en Abaro. Padres y madres, a través de un proceso participativo que se organizó en el mes de enero, colocaban Loroño como el lugar idóneo para la construcción de la nueva escuela. La masificación del alumnado frente al espacio disponible en Zipiriñe es un problema que lleva años arrastrándose. Debido a la saturación en las aulas, el colegio público ya cuenta con dos módulos prefabricados en una zona del patio. Además de ello, en los últimos años también se han tenido que habilitar varias salas en aulas para que los escolares puedan ejercer sus clases.

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