Una ciudad flotante con 6.634 turistas

En el Virtuosa viajan a bordo 6.634 pasajeros y 1.704 personas de tripulación. Toda una ciudad flotante. La naviera abrió este martes sus puertas a EL CORREO para que desde sus «19 puentes» -así denominan en la compañía a las alturas- pudiera contemplarse el municipio desde el mar. De igual forma que lo hicieron sus pasajeros, ingleses y americanos, porque el punto de partida de este crucero es Southampton, uno de los principales puertos del Reino Unido. Julia, que viajaba junto a su marido y sus dos hijos, fue una de ellas. «Hemos estado andando en bici y por la playa. Es bonito», reconoció.

A las 08.00 horas el Virtuosa llegó a Getxo. «Estamos muy contentos de volver una vez más», explicaron desde la tripulación. Sofía Basterra, responsable de comunicación, reconoció que «para nosotros venir a Bilbao supone tener una escala o un embarque muy interesante por la gastronomía, por la cultura y por el paisaje. Bilbao y los alrededores lo tienen todo». «Les podemos dar a nuestros clientes la posibilidad de ir de pintxos, dar un paseo, ir a la playa, ir al Gugenheim, al Museo de Bellas Artes... Hay posibilidad de visitar bodegas de txakolí, aunque también hay de ir a La Rioja», citó como ejemplo.

MSC trabaja para que el próximo año Getxo pueda convertirse de forma regular en punto de salida y llegada de sus cruceros. En 2018 la compañía tenía tres puntos de embarque y ahora tiene ocho en España. El año pasado hicieron un experimento que resultó todo un éxito y que tuvo como destino Dubai. «Si lo tienes en la puerta de casa tienes muchas posibilidades de probarlo», argumentó Basterra.

En el Virtuosa todo es relevante. Lo son los servicios que ofrece. La arteria social plagada de bares, hasta 21 por todo el barco, restaurantes para los paladares más exigentes y variados, una chocolatería -diez en total-, pero también sus dos teatros, uno de ellos con capacidad para 1.000 asientos, el otro a la mitad, y hasta un casino.

Más singularidades. Posee la pantalla LED más larga en el mar y un bufet que abre 20 horas al día, de 06.00 horas a las 02.00 de la madrugada. Y en ese galimatías de números y cifras sorprenden los 36.000 huevos frescos que se pueden comer los pasajeros, las 25.000 botellas de bebidas, los 3.100 litros de zumos y los 1.500 kilos de yogurt. ¿Y botellas de agua? Nada menos que 38.000 unidades.

Y para descansar un spa, todo tipo de servicios estéticos y de peluquerías. Entre los puentes 'ocho' y 'catorce' están los camarotes, por debajo del quinto viaja la tripulación y se ubican las máquinas y bodegas. Y en la parte más alta las actividades infantiles, una bolera, realidad virtual, simuladores de Fórmula 1, cinco piscinas y hasta un parque de aventuras. A las 17.00 horas el buque partió con destino a la ciudad francesa de Le Havre, ya de vuelta hacia Southampton tras once días de viaje.