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El cronista Jesús Sustatxa, de 70 años, en su caserío de Loiu, el pueblo de su vida. E. C.

«Si nuestro calendario no tuviera gancho no hubiera aguantado tanto»

La asociación Loiu Laztana lleva más de una década ininterrumpida elaborando almanaques para sus vecinos

Ane Ontoso

Loiu

Viernes, 5 de enero 2024, 11:35

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«Si no tuviera gancho, nuestro calendario no hubiera aguantado tanto tiempo consecutivo». El cronista loiuztarra y presidente de la asociación cultural Loiu Laztana, Jesús Sustatxa, lleva más de una década elaborando un almanaque para sus vecinos. El primero aterrizó en Loiu en enero de 2013 y al principio era él mismo quien los repartía por la localidad. Ahora es el Ayuntamiento quien se ocupa de la tirada de un millar de ejemplares que después buzonea a los censados. «Ocurría que había quienes se quedaban sin él y no era del todo justo», explica.

En cada calendario Sustatxa busca crear «un símil» entre una foto antigua y una actual. Y acompaña ambas con una poesía propia. «Unas con más éxito que otras», bromea. Aunque no estará terminado hasta septiembre u octubre, suele comenzar en el mes de febrero con una exhaustiva selección en su archivo de «varios miles de fotos» de antaño que ha recopilado a lo largo de los años en una labor de recuperación de la memoria histórica de este municipio del Txorierri. «Intento que digan algo, la historia detrás de la foto, y que sean dispares para que no resulte repetitivo», cuenta.

Una vez escogidas toca «ir haciendo las fotos nuevas y buscar los momentos». Ya sea un bautizo, una romería estival o un momento de la vida cotidiana. La portada de este año, por ejemplo, alude a «lo que era la vida en Loiu, pueblo de ganaderos y agricultores». En la imagen puede verse a varias personas posando, como una mujer trenzando cebollas, un hombre con un burro y otro con una vaca. «Se ve la evolución que ha tenido, el cambio tan drástico». Su madre fue precisamente una de las lecheras que iban hasta Bilbao para vender la leche que su padre ordeñaba a las 5.30 de la mañana. «No hace tanto, poco más de medio siglo –detalla–. Tengo 70 años y lo he mamado con diez».

El mes de febrero también tiene un punto gastronómico con un grupo de vecinos elaborando morcillas. «En las décadas de los 60 y 70, una cuadrilla de mujeres hacía 'txarribodas' en el batzoki antiguo. «Tenían una mano especial y cuando se vendían los viernes y sábados parecía la capital en vez de una aldea rural», evoca.

Pasar «desapercibido»

A lo largo de los meses se puede ver también a diferentes cuadrillas, como abril o julio, o una mención especial a la mujer. «En marzo se hace referencia a ellas con una imagen de seis mujeres de 1940 que no tenían ni sueldo, ni cotizaban ni se les tomaba en cuenta para las decisiones. Se va avanzando, aunque aún falta para llegar a la igualdad al 100%», reivindica. ¿Y Jesús Sustatxa acostumbra a salir en las páginas? «Prefiero pasar desapercibido», admite.

A menudo los vecinos se prestan a salir en sus fotografías de actualidad, a lo que Sustatxa se siente muy agradecido. «Tengo a todo el pueblo detrás, es la repera. ¿Qué más puedo pedir?», valora. Hay quienes, incluso, le piden toda la colección de almanaques. Y se le pone «la piel de gallina» cuando le felicitan por su trabajo altruista y le dan «fuerzas» para seguir. «Hacer el calendario es un orgullo y un honor terrible. Loiu corre por mis venas, quiero a este pueblo como a mi vida», confiesa. Asimismo revela que le gustaría que alguien continuase su labor documental en Loiu Laztana. A su juicio, «este pueblo tiene una historia no infinita, pero poco menos».

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