Centenares de personas han recorrido esta tarde las calles de Algorta para pedir que no sea un negocio los cuidados. L. p.

Atrapadas en «trabajos feminizados»

Una marea tiñó de morado la Margen Derecha para denunciar que «hay razones» porque seguimos con «condiciones precarias»

Leire Pérez

Getxo

Viernes, 8 de marzo 2024, 19:53

«Estamos atrapadas en trabajos feminizados, con condiciones laborales precarias, y realizamos tareas de cuidado sin ningún tipo de reconocimiento». Las mujeres de la Margen Derecha y Uribe Kosta volvieron a recorrer ayer las calles de los distintos municipios en el que es el día de reivindicación feminista por antonomasia. Y lo hicieron para recordar que las cosas siguen sin cambiar. «Han pasado tres meses desde la jornada de huelga del 30 de noviembre por el derecho colectivo al cuidado y para exigir un sistema público y comunitario. No fueron pocas las razones que teníamos para salir a la calle y este 8 de marzo seguimos por el mismo camino», leyó en su comunicado la asociación Itzubaltzetako taldea que surgió en Getxo tras la convocatoria de huelga general y que movilizó a miles de personas ayer por la tarde, tanto en Romo como en Algorta, bajo el lema 'Con los cuidados no se negocia'.

Publicidad

«Nos enfrentamos a un sistema heteropatriarcal capitalista que explota nuestra fuerza de trabajo, tanto en el hogar como en el empleo, así como en todos los trabajos de cuidados que hacemos gratuitamente y sin reconocimiento alguno. Nos condena directamente a la precariedad y a vivir en un estado de opresión permanente», recordaron en una plaza de la estación de Algorta a rebosar.«La brecha salarial que vivimos las mujeres trabajadoras y el acceso a las pensiones más bajas son sólo la punta del iceberg de un sistema que perpetúa la división sexual del trabajo», gritaron en voz alta. Y miraron nuevamente a las administraciones para exigir un «sistema público y comunitario. Denunciamos la situación de las trabajadoras del hogar, de las residencias, del servicio de ayuda a domicilio», comentaron. Y en esta reivindicación las miradas volvieron a dirigirse a las inmigrantes que viven «una de las situaciones de explotación más dramáticas del siglo XXI, muchas de ellas trabajan como empleadas del hogar internas las 24 horas y los siete días de la semana».

Si la tarde fue también señalada en otros tantos municipios como Sopela, Erandio, Plentzia y Gorliz donde se celebraron sendas manifestaciones y concentraciones, por la mañana los alumnos de la primera localidad acudieron a la plaza Urgitxieta de Larrabasterra para pedir «libertad para ser lo que cada una quiera ser». «Soy única, mis sueños son importantes, deben ser sin etiquetas», leyó una alumna de 6ºB del centro de Primaria de Zipiriñe.

Deuda

La alcaldesa, Guruzne Carrasson, cerró el acto contando su experiencia en un puesto de responsabilidad. «Todavía hay mucho que cambiar. No es fácil ser mujer, joven y alcaldesa. Me ha pasado de ir a un sitio y que le den la mano a un concejal hombre porque se creen que él es alcalde», reveló. «Es un día importante, no debería ser uno único, debemos reivindicar que nos merecemos los mismos derechos, no tenemos que ser violentadas ni tener menos derechos por ser únicamente mujeres», afirmó la primera edil ante los escolares.

Alrededor de 500 personas se concentraron en la plaza Errekalde de Leioa pasadas las 11.30 horas para valorar a todas aquellas mujeres de más edad que han luchado para llegar hasta hoy en día. «Es imprescindible que la sociedad reconozca la deuda con las generaciones que han contribuido a las transformaciones feministas a lo largo de la historia, tanto desde sus resistencias contra los mandatos y estereotipos de género, como desde las luchas colectivas del movimiento feminista», destacó Mari Cruz Rómulo del grupo edadismo Leioa. «El sistema ha invisibilizado y negado el activismo político y social de la mujer, silenciando y borrando su existencia en favor de su comunidad», recordó la activista leiotarra. «El 8M solicitamos a las instituciones que visibilicen y reparen los olvidos de la historia con las mujeres», requirió en nombre del resto de féminas de la localidad.

Publicidad

El movimiento feminista leiotarra también puso la lupa en las circunstancias que rodean a las inmigrantes. «Están más expuestas a situaciones de violencia y pobreza, no hay ningún país en el mundo donde las condiciones económicas y la seguridad sean iguales para todos. Es importante destacar que es más difícil migrar siendo mujer y se responsabilizan de sus hijos en el trayecto. A las dificultades de cualquier viaje de migración como frío, hambre y pobreza, se enfrentan a amenazas, abusos y agresiones sexuales. Las barreras siguen en el origen por el hecho de ser mujeres » mencionó Gabriela Cuastuza.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad