Un club de Sopela cierra la piscina nueve veces al hallar heces: «Es un reto viral o mala intención»
Trabajadores y usuarios muestran su enfado porque «no puede ser que siempre se le escape a un niño»
Los usuarios del club Arrietara de Sopela no dan crédito a los que está sucediendo este verano. Y eso que, como quien dice, todavía no ... se ha llegado ni al ecuador de la temporada estival. La entidad se ha visto obligada en mes y medio a cerrar las piscinas por defecaciones hasta en nueve ocasiones. La última este pasado fin de semana.
El domingo las instalaciones abrieron con total normalidad. Los trabajadores comprobaron que estaba todo en orden y los bañistas pudieron refrescarse en una jornada calurosa. No es un lugar muy masificado, de normal suele haber entorno a medio centenar de personas. Sin embargo, poco después de las 14.00 horas, uno de los usuarios alertó a los socorristas de la presencia de heces. «A las 13.00 horas estuvimos mirando y todo estaba bien, pero se metió bastante gente en el agua y luego no sabemos qué sucedió. No duró abierta ni una hora y cuarto», señalaron trabajadores a EL CORREO.
Ante lo sucedido no quedó más opción que cerrar los vasos. Ayer por la mañana todavía permanecían clausurados a la espera de que llegase el personal de mantenimiento para limpiar el agua y realizar análisis para conocer si hay bacteria E. Colí que puede provocar gastroenteritis y otras infecciones. «Estamos alucinando. Es a mala intención, esto no puede ser que se le escape a un niño. Lo que no sabemos si puede tratarse de un reto de esos vírales», compartían empleados y vecinos.
En lo que va de verano en varios municipios se han tenido que cerrar las piscinas municipales por estos rídiculos desafíos. Ha sucedido por ejemplo en Tanos, en Torrelavega, en Puente San Miguel, también en Cantabria. Ha ocurrido a su vez en Galdakao a finales de junio debido a un grupo de jóvenes que accedió ilegalmente al recinto. En este último caso, la aparición de heces en la piscina de adultos obligó a su cierre durante toda la tarde. En 2017, las piscinas descubiertas del polideportivo de Basauri, que tuvo que echar el cierre hasta en seis ocasiones.
«Me he enterado esta mañana de lo que ha sucedido y no me parece ni medio normal. No sabemos qué es lo que pasa, pero yo llevo aquí, siendo socia del club desde hace cuarenta años y nunca había sucedido esto», aseguró Miren mientras jugaba con su nieta en la zona de los columpios. La semana pasada fue la piscina pequeña la que se tuvo que cerrar. Ella misma fue testigo de lo sucedido. «Estaba con las niñas, les vi con cara sorprendida y no había nadie en el interior, por eso no sabemos si es un sabotaje, algo muy raro está sucediendo. Este es un club privado, nunca ha habido líos, es muy tranquilo», comentó a este periódico.
Ayer por fortuna el día no invitaba al baño, incluso cayeron algunas gotas, lo que minimizó el perjuicio. Por la mañana eran pocos los socios que se acercaron a la urbanización. El domingo la junta directiva envió un mail en el que informaba del cierre de las piletas hasta que se llevara a cabo el tratamiento de desinfección. Añadió la realización de una investigación y amenazó con sanciones para los autores. El cansancio es evidente. Desde el club prefirieron no hacer declaraciones. «No sabemos qué ha pasado pero podemos coger una bacteria o lo que sea, es una guarrada», comentó otra socia.
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