El aerogenerador de Armintza se convierte en un laboratorio para proteger la fauna
Incorpora tecnología para estudiar en tiempo real cómo interactúan las aves y peces del litoral vasco con las turbinas para evitar impactos y daños al medio natural ·
El impulso de la eólica marina en la costa vizcaína avanza sin dar la espalda al entorno medioambiental. Precisamente, a cuatro kilómetros de la costa ... de Armintza, se ubica un programa de investigación e innovación que opera desde el primer aerogenerador marino flotante de España, el Demosath Lab. Este dispositivo, instalado desde 2023, se ha convertido en un laboratorio real para analizar cómo interactúan las turbinas con las aves marinas y las especies que habitan el litoral de Lemoiz.
«Uno de los mayores desafíos en la operación de turbinas de este tipo en mar abierto es su interacción con los animales de su entorno», recalcan portavoces de la ingeniería Saitec –con sede en Leioa–. En los dos primeros años de funcionamiento, la compañía ha desplegado sistemas de detección, seguimiento y medidas de mitigación pensados para reducir cualquier impacto sobre las poblaciones de la zona.
Entre las medidas ya validadas destacan dispositivos disuasorios para fauna, protocolos de parada preventiva del aerogenerador cuando se detecta una situación de riesgo y campañas de monitorización submarina, que permiten identificar la presencia de peces y otros organismos con un gran nivel de detalle.
Este elemento –visible desde el acantilado en días despejados– busca convertir este enclave en un referente en protección de la biodiversidad ligada a las energías renovables. Uno de los avances que destacan llega de la mano de la Inteligencia Artificial.
Con una cámara instalada en la plataforma es posible identificar las aves que sobrevuelan el área de la estructura en tiempo real y analizar su comportamiento. La tecnología detecta grupos numerosos, calcula altitudes de vuelo y reconoce incluso especies anilladas, como la gaviota patiamarilla (Larus michahellis), habitual en la zona, que pueden suponer un riesgo dependiendo del nivel de cercanía.
El sistema funciona día y noche, incluso con mala mar, y procesa tanto vídeo en directo como grandes volúmenes de imágenes históricas. «Estos datos permiten anticipar riesgos y ajustar la operación de la turbina para reducir interferencias con los animales», explican.
El uso de IA no se limita a la superficie para «aprovechar todo su potencial en la optimización de la monitorización y la protección ambiental», señalan. Los investigadores preparan herramientas para analizar bancos de peces mediante vídeos bajo el agua, lo que permitirá calcular abundancias, ciclos y patrones de presencia alrededor de la plataforma y en otras estructuras marinas como puertos. El objetivo es entender qué papel juegan estas infraestructuras en el ecosistema.
Integración en el entorno
En paralelo, ya se trabaja en nuevas líneas que emplearán IA para examinar ultrasonidos de murciélagos, sonidos submarinos y fotografías de cámaras de fototrampeo, ampliando la vigilancia a todo el espectro de fauna que convive con la actividad.
Los responsables destacan que también se está generando un volumen de datos significativo de mapas de actividad, patrones estacionales, correlaciones con condiciones meteorológicas. Información clave para diseñar futuros parques eólicos marinos que se integren de forma más armónica en el medio natural. «Intenamos perfeccionar las soluciones para consolidar a la eólica marina como una fuente de energía limpia, eficiente y, sobre todo, capaz de formar parte de manera armónica en el entorno natural», indican desde la empresa.
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