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El adiós de tres primeros espadas de la política municipal

Los nacionalistas Arrizen Monasterio y Koldo Iturbe y la edil popular Dolores Malo de Molina ponen fin a su carrera política después de más de una década

IÑIGO SÁNCHEZ DE LUNA

GETXO.

Lunes, 27 de mayo 2019

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Los comicios municipales del domingo ha supuesto el punto final para tres ediles veteranos forjados en mil batallas para intentar mejorar la calidad de vida de sus convecinos. Este es el caso de los concejales nacionalistas en Getxo y Erandio, Koldo Iturbe y Arrizen Monasterio, y la edil en Berango del PP, Dolores Malo de Molina.

Monasterio, es el más veterano en estas lides. Suma cuatro legislaturas a sus espaldas. En ellas ha desempeñado diversos cargos de responsabilidad como delegado de Cultura o de la Policía Municipal, entre otros. A la hora de la despedida valora su experiencia política como «una experiencia bonita, donde siempre intentas ayudar al vecino aunque te topes con las trabas administrativas, algo que algunas personas no entienden muy bien».

Ahora se encuentra dando los «últimos 'coletazos' para dejar todo en orden a mi sucesor», apunta. En el debe de su trayectoria reconoce que le «hubiera gustado realizar más cosas en cultura, pero los presupuestos son los que son y no he podido ir más allá». De todas formas, se queda con la sensación de «haber tratado a todas las asociaciones por igual dentro de los parámetros legales»

A lo largo de estos dieciséis años, le han tocado vivir situaciones complicadas como inundaciones, si bien tiene grabado a fuego el desalojo urgente en 2007 de las 66 familias que residían en tres bloques de viviendas afectados de graves daños estructurales por una excavación que la promotora Abaroa estaba haciendo en un solar cercano. «El arquitecto municipal de la época nos dijo que en media hora teníamos que desalojar todos los inmuebles y era un drama ir puerta por puerta diciendo a los vecinos que debían abandonar sus hogares, es lo peor que me ha tocado vivir como concejal», apunta. En esta despedida agrade a su familia «todo el apoyo que me han dado cuando la política me ha quitado tiempo de estar con ellos».

La representante del PP en Berango, Dolores Malo de Molina, echa el telón a doce años de actividad política donde se embarcó en pleno azote de la banda terrorista ETA. «Era una cosa horrorosa y quise hacer algo por España, cuando nadie quería presentarse, me ofrecieron varios municipios y Berango elegí por cercanía, donde vivo», rememora.

En los años duros le tocó convivir durante bastantes años con la sombra de escoltas que en más de una ocasión fueron sus ángeles custodios. «Me han llamado de todo en los plenos, hasta asesina, y los escoltas han evitado que me zarandeasen y pegasen», admite. Todo ello, por conseguir algunos medidas como «retirar las ayudas a las familias de los terroristas cuando había tres asesinos nacidos en el pueblo en la cárcel».

En las tres legislaturas como representante 'popular', «mi idea siempre ha sido administrar lo mejor posible aportando lo que podía». En este punto se marca como un tanto «frenar barbaridades urbanísticas como la construcción de 80 viviendas en la campa de Lantzarte, aprovechando mi situación de poder decantar la balanza de un lado o de otro». A la hora de recoger su despacho lo hace con una mezcla de sentimientos. «Por un lado, con ganas de hacer mi vida y a la vez con pena porque he cogido cariño a Berango y he conocido a mucha gente», resume a modo de despedida.

Sacrificio personal

Finalmente, el Segundo Teniente de Alcalde de Getxo y Portavoz del PNV y del equipo de Gobierno, entre otros cargos, Koldo Iturbe, dice adiós después de tres legislaturas. Una experiencia «altamente positiva». «El concepto de servicio público y de trato directo con la ciudadanía además de facilitador de políticas culturales y del ámbito del euskera siempre es gratificante», apunta. Todo ello sin olvidar que «la vida pública como política, tiene su sacrificio en lo personal, y ahí creo que hay que poner en valor a nuestras familias».

De todos estos años se queda como la experiencia más gratificante «con la elección de Imanol Landa como alcalde en 2007, contra todo pronóstico y en una situación muy adversa por la ofensiva del PP». En el otro lado de la balanza «ha sido muy duro asistir a las inundaciones de 2008 y ver como había getxotarras que perdían todo». «Fue algo muy triste que nos ha marcado ha todos que estuvimos en la zona y hablando con los afectados», lamenta.

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