Los tesoros que Higinio Basterra conserva el cementerio de Plentzia
El escultor bilbaíno dejó su firma y su obra en 'La Caridad', ubicada en Barrika, y en un panteón familiar que se erige imponente en el camposanto de la villa
Virginia Urieta
Jueves, 10 de noviembre 2016, 13:06
Suelen decir que el arte funerario es algo marginal, tal vez porque hay quien no le da la importancia que debería, o porque acostumbra a estar recluido en un solo espacio, por lo general un tanto frío y solitario. Pero no hay nada como darse un paseo por algunos camposantos para darse cuenta de que, lejos de esa realidad, algunos esconden en sus rincones auténticas obras de arte. Insólitas, se erigen majestuosas, sobrellevando el paso del tiempo con gesto impasible.
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En Plentzia hay al menos dos esculturas de reseñable valor, que todavía hoy sorprenden por su belleza, al igual que en el cementerio de Barrika. Ambos camposantos comparten la firma y la obra de Higinio Basterra (1876-1957), autor de obras como el conjunto escultórico de las cuadrigas del BBVA en la calle Alcalá de Madrid, el mural de la guerra de África en la Diputación de Bizkaia, el 'Cristo yacente' de Cofradía de la Santa Vera Cruz, en Bilbao, o el 'Palankari' de las Juntas de Gernika -representación de un minero de Galdames que continúa en paradero desconocido tras su desaparición hace décadas-.
Con la celebración de Todos los Santos, los cementerios se convierten durante estos días en lugar de paso y visita para muchos vecinos y allegados, que acuden a los camposantos a brindar sus flores y sus respetos a los difuntos. Yace en Barrika la escultura de La Caridad que el escultor bilbaíno realizó para la Residencia Elorduy, el asilo municipal de Barrika, que sería después trasladada al cementerio del municipio como un excepcional mármol realizado en 1914. Tal y como resumen los libros que dan cuenta de su obra, «es una magnífica realización que representa un acto de misericordia. Muestra la estrecha relación entre un demacrado anciano y una alegórica figura femenina que le cuida».
El cementerio de Plentzia, por su parte, ofrece un itinerario poco común, poblado por algunos tesoros que no pasan desapercibidos. Explica el alcalde, David Crestelo, que muchos vecinos todavía recuerdan al propio Higinio trabajando en su taller de la calle Artekale. «Aunque hay quien le confunde con el arquitecto Basterra, fue un gran escultor, por desgracia un tanto olvidado», valora, y detalla que en el museo local conservan uno de sus cuadros, que pintó en la cárcel durante la Guerra Civil.
Arte genovés
Los cementerios de Derio, Begoña, Deusto, Gernika o Santurtzi muestran algunas de sus obras más representativas, entre las que en Plentzia destaca un panteón familiar, con las siglas UA entrelazadas. Son tres figuras que intercambian miradas entre sí, obra de gran altura y sentimiento. También aquí el genovés Achille Canessa (1856-1905) -con esculturas en ciudades tan distantes como Tenerife, Sao Paulo, Caracas o Newport (USA)- ha plasmado su firma en el panteón de la familia Sabino de Arriaga y hermanos Ereñozaga, una obra imponente e insólita con un gran ángel junto a una cruz que, con flores en las manos, muestra toda la dulzura y delicadeza propia de algunos de los escultores más curtidos.
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