Bizkaia se da un baño de turistas

La baza turística de los cruceros la gana Bizkaia. Si se toma como referencia la inusual cita de los dos gigantes buques que amarraron ayer a la vez en Getxo, con más de 5.000 viajeros a bordo, otros destinos como San Sebastián y La Rioja palidecen. Sólo 132 alemanes optaron por San Sebastián y otros 42 por hacer la ruta entre Donosti y Hondarribia. El resto de los que salieron en autocares, hasta 1.200 contrataron diferentes tours, se quedó en la provincia. Además del brillo del Guggenheim, la ciudad de Bilbao y el litoral son los principales ganchos.

En los muelles de cruceros getxotarras, los autocares entraban vacíos sin cesar. «Cuántos hay? ¡Aquí están todos los autobuses de Bizkaia!», exclamó sorprendido un viandante. «Menos mal que es domingo, porque de lo contrario hubiese sido casi imposible contar con tantos vehículos», reconoció una touroperadora en alusión al transporte escolar.

No era para menos, pues cerca de 70 lanzaderas buscaban aparcamiento cerca de la terminal para recoger a los excursionistas y llevarlos a sus destinos. El gran Mein Schiff 4, de 295 metros de eslora, llegó antes de la hora prevista cargado de alemanes, mientras que el Arcadia, con gran mayoría inglesa a bordo, no hizo gala de la famosa puntualidad británica y arribó casi media hora más tarde de lo anunciado. «¡Nobody is perfect! (¡Nadie es perfecto!)», comentó con ironía un miembro de la tripulación.

La estampa en Getxo era casi marcial, con cientos de personas bajando en filas de a dos hacia las explanadas de autobuses. «Muchos alemanes y británicos contratan paquetes completos porque prefieren tenerlo todo organizado», aseguró una touroperadora. Los paquetes contratados eran una decena. Unos 300 optaron por la panorámica de Bilbao, otros tantos por el Guggenheim, y un centenar se decantó por la ruta Gernika-Bermeo-Cantabria. 145 fueron al Puente de Bizkaia. El resto fueron grupos menores que contrataron distintas opciones, desde hacer senderismo por Getxo a ir a una bodega de txakoli o a un curso de cocina en el Aspaldiko.

Fotos de los pintxos

A primera hora, los turistas aguantaron dentro de los buques a causa de un fuerte viento racheado, muy molesto. Entre quienes no contratan excursiones, la mayoría tampoco tiene rumbo fijo. «Saldremos por aquí a conocer la zona. Nos han dicho que es muy bonito Getxo, aunque es la primera vez que estamos. Iremos por la playa y los alrededores», comentó Andreas Green, de Southamptom, que salió con su mujer a probar suerte.

A medida que se fueron los nubarrones y empezó a salir tímidamente el sol, aumentó el ánimo entre los pasajeros. Al mediodía ya era notoria la presencia de extranjeros en los establecimientos hosteleros del Puerto Deportivo y del Puerto Viejo, así como en el paseo de Ereaga. «¿Para que ir más allá? Lo que hemos visto aquí nos ha gustado. Lo hemos pasado muy bien y nos gustaría repetir», dijo John, un británico afincado en Londres. El impacto se notó mucho en Bilbao, donde zonas como el Casco Viejo o el Guggenheim y sus inmediaciones estuvieron muy concurridas de extranjeros. Los selfies de turno tampoco faltaron en una jornada en la que hasta los pintxos fueron el objetivo de las cámaras de los móviles.

«La gente es muy agradable aquí, tenéis muy buena comida y un entorno precioso», recalcó Martha, otra inglesa que salió en grupo con su marido. El caso es que Bizkaia, con la única entrada de grandes cruceros de Euskadi, gana enteros como la niña bonita capaz de atraer y satisfacer a los turistas. Para la siguiente jornada doble, con un par de buques amarrados en Getxo, habrá que esperar a septiembre.