La mala pasada que le ha jugado el móvil a Rementeria durante el pleno
La escena no la diseña ni el guionista más enrevesado. Unai Rementeria acababa de subir a la tribuna para iniciar su intervención en el turno de tarde. Tras no hacer ninguna referencia por la mañana, todo el mundo daba por hecho que iba a aprovechar su discurso de réplica para poner sobre la mesa el tema que llevaba sobrevolando el pleno desde primera hora: su adiós a la Diputación.
Y efectivamente, ese instante ha llegado. «Aún no he hablado de ello y quería hacerlo aquí públicamente. No me...». Era la frase redonda, el titular. El instante mágico. Pero todo se ha ido al garete por un inoportuno teléfono móvil. De fondo, colándose como un rumor, ha comenzado a oírse una voz tenue, parecía como infantil, que no paraba de hablar. El diputado general se ha detenido, sorprendido más que contrariado. Y tras unos segundos de desconcierto, ha comenzado a buscar con la mirada la procedencia del soniquete. Él y el resto de los presentes, intrigados por esa voz que seguía y seguía.
De repente, Rementeria ha girado la vista hacia su propia tribuna, la que ocupa el grupo del PNV. Poco a poco, como si tuviera un sonar, ha ido cerrando el círculo para localizar el foco. Y la sorpresa ha sido cuando se ha dirigido directo a su propio escaño. Escondido bajo unos folios, estaba su teléfono móvil, de donde brotaba el misterioso audio.
Raudo y con gesto de extrañeza, lo ha detenido, tal vez maldiciendo hacia dentro lo inoportuno de la escena. «Un audio», se ha excusado Rementeria, que no terminaba de entender cómo le podía haber saltado esa grabación de su móvil. Cuando las sonrisas de los presentes han cesado, el diputado general ha continuado, ahora sí, confirmando su adiós a la Diputación y dando las gracias a su partido y, particularmente, a la presidenta del BBB, Itxaso Atutxa.
«Cosas del directo», le ha quitado hierro la presidente de las Juntas Generales, Ana Otadui. Todo un giro de guion, sí.
