Luz verde a las últimas obras pendientes de la conexión eléctrica submarina con Francia
El Consejo de Ministros aprueba la modificación del trazado de la línea aérea que permitirá funcionar a la estación de conversión de Gatika
Hace un año arrancaron las obras del cable submarino de 300 kilómetros que establecerá una conexión eléctrica entre Francia y España a través del ... Golfo de Bizkaia. Pero el proyecto, que permitirá aumentar la capacidad de intercambio de electricidad de 2.800 a 5.000 megavatios, es mucho más que la estructura sumergida. Las obras contemplan el traslado de esa energía de manera soterrada desde Lemoiz hasta Gatika, localidad en la que se construirá una central conversora de corriente alterna en continua pese a la fuerte contestación vecinal e institucional. Y el Consejo de Ministros ha dado luz verde a la construcción de la última instalación que quedaba pendiente de autorización, que también afecta a este municipio vizcaíno.
El megaproyecto tiene cuatro infraestructuras clave. La primera, el citado cable que atraviesa el Cantábrico; la segunda, la ampliación de la subestación ya existente en Gatika; la tercera, la construcción en esta localidad de la citada estación transformadora y la línea de alimentación subterránea que la conecta con Lemoiz; y la cuarta, la modificación del trazado aéreo de transporte de energía eléctrica en corriente alterna Gatika-Azpeitia. Esta es la última modificación aprobada y, si bien es la intervención de menor calado, es clave para conseguir que el sistema funcione en la medida en que permitirá poner en marcha la estación conversora.
El acuerdo llevado en septiembre al Consejo de Ministros –y publicado ayer en el Boletín Oficial de Bizkaia– por la titular de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, declara «de utilidad pública» estos trabajos, que «solo afectan» a un tramo comprendido en los términos municipales de Gatika y Mungia, donde se establecerá un trazado alternativo de 740 metros con tres nuevos apoyos (se desmantelarán dos torretas existentes). Los ayuntamientos de estas localidades y de Maruri-Jatabe han trasladado a Red Eléctrica Española (Redeia), propietaria de la línea y encargada de la construcción de las nuevas infraestructuras, su «oposición al proyecto» por «cuestiones de ámbito medioambiental», porque exige «la expropiación de bienes de dominio público» y porque «no se adapta al planeamiento urbanístico», requerimientos que no se han tenido en cuenta.
La interconexión eléctrica Gatika-Cubnezais (Aquitania) es, sostienen desde diferentes administraciones, de vital importancia para el sistema energético de España, que cuando las fuentes renovables no funcionan encuentra en Francia un suministro eléctrico fundamental gracias a los reactores nucleares del país galo. De ahí que sea el primero de los países el que tenga que asumir el 54% de la inversión total, que asciende a 2.850 millones de euros. Además, según estimaron desde Redeia hace un par de años, el proyecto generará 6.800 empleos y un impacto económico para Euskadi de más de 400 millones de euros.
6.300 alegaciones vecinales
La Plataforma Contra la Autopista Eléctrica de Gatika, que hace siete años recogió más de 6.300 alegaciones ciudadanas, no aprecia que el retorno sea tan positivo. Álvaro Campos, miembro del colectivo y profesor en el Departamento de Ingeniería Energética de la UPV/EHU, sostiene que «los lugares que van a sufrir todos los impactos con la generación de renovables deberían verse conectados con esa energía; que se acerque la producción a los centros de consumo». Sin embargo, cree que este tipo de proyectos se traducen en que «unos países se encargan de producir la energía de otros».
El alcalde de Gatika, Mikel Larrazabal, recuerda por su parte que el proyecto «viene de Bruselas, se aprueba en el Congreso español, se adhiere el Gobierno vasco...». «Hemos intentado pedir el amparo de la Justicia, pero no ha salido adelante y somos los que vamos a tener la estación conversora muy cerca del pueblo», censura.
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