El lindane sigue en el agua de la ría treinta años después del cierre de las fábricas
Sufre «polución crónica» por este contaminante debido a filtraciones a la cuenca desde vertederos incontrolados, según el último informe de URA
La regeneración ecológica de la ría de Bilbao es notable, pero algunos tramos suspenden en química. El lindane sigue presente en el cauce más de ... 30 años después de que cerraran las fábricas que lo producían en Erandio (Nexana, junto al río Asua, se clausuró en 1982) y Barakaldo (Bilbao Chemical, en Ansio, bajó la persiana en 1987). El último informe de seguimiento del estado de las aguas costeras y de transición realizado por Azti-Tecnalia para URA, la Agencia de Agua del Gobierno vasco, así lo constata. Y advierte de la necesidad de tomar medidas porque se incumplen «sistemáticamente» los índices por lindane (HCA). Hay una «contaminación crónica» por esta sustancia que se fabricó en la misma cuenca. Está prohibida en Europa y considerada cancerígena para los seres humanos desde 2015 por la Organización Mundial de la Salud.
Las concentraciones de este contaminante por litro superan las permitidas por la normativa en cuatro de las cinco estaciones de medición, que están en el puente de Deusto, el de Rontegi, Lamiako y Santurtzi. Solo se libra la del Abra exterior, que está frente a la playa de Arrigunaga, como consecuencia de su disolución en el mar. De hecho, otro estudio más específico de la Fundación Azti para este organismo del Gobierno vasco profundiza en el foco de esta sustancia que continúa en el agua.
Las factorías que funcionaron en la cuenca generaron miles de toneladas de residuos que se depositaron de forma incontrolada en los diferentes vertederos cercanos y en otros que no han sido localizados. Los ecologistas han descubierto restos de lindane en el antiguo vertedero de Bilbao, en Enekuri, y también en Jata, en Lemoiz, en sendos hallazgos confirmados por la Administración. Aunque se realizaron dos celdas de seguridad en el monte Argalario de Barakaldo y en Loiu (bajo una de las pistas del aeropuerto), el lindane sigue contaminando la tierra y por lo tanto el agua más de tres décadas después.
Con las lluvias, el contaminante se filtra a escorrentías, arroyos y ríos, y termina en el Nervión, según advierte Ekologistak Martxan. En algunos de sus afluentes, las concentraciones son aún más elevadas que en las de la ría. El informe de URA destaca las del Asua en Sangroniz, «acordes con la presencia de suelos contaminados en las inmediaciones de los terrenos en los que se hallaba la fábrica». Es la zona más problemática junto al punto cercano a los vertederos de Artxanda. En el Galindo, mientras, está contaminada la zona donde estuvo ubicada la fabricante, el tramo en el que se encuentra la celda de seguridad de Argalario y el que recibe las aguas del Ballonti, también contaminado por lindane, procedente, entre otros focos, del vertedero de Etxe Uli. En el Gobela se ha detectado un foco de contaminación por lindane que procedería del vertedero que existe bajo el centro comercial Artea.
Aun así , el estado ecológico de la ría mejora. Cada vez hay más fauna y «eso es el mejor indicador», explica Javier Franco, especialista de Azti. El punto de inflexión ha sido el cierre de empresas como Altos Hornos y también la entrada en funcionamiento del tratamiento biológico en la depuradora de Galindo. Hoy, el oxígeno ha mejorado de forma espectacular y la vida en la ría es posible a lo largo de todo el cauce, algo impensable hace tres décadas.
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