Solo una decena de juicios se celebran en agosto en Bilbao pese a la medida del Gobierno de Sánchez
«Ha servido de bien poco», concluyen los jueces, que ya habían anticipado su oposición a la propuesta de habilitar veinte días para ello
cirilo dávila
Miércoles, 9 de septiembre 2020, 09:35
Apenas diez juicios no urgentes en agosto. «Como preveíamos, ha servido de bien poco», concluye el juez decano, Aner Uriarte. Este es el balance de ... la medida excepcional promovida por el Gobierno central, inédita en la historia de la judicatura española, que habilitó veinte días ese mes para hacer señalamientos, del 11 al 31 de agosto. Se pretendía así recuperar parte del tiempo perdido durante el confinamiento, que había añadido más trabajo a una administración abonada a la acumulación de expedientes.
Sin embargo, la realidad ha dado la razón a jueces, abogados y procuradores que veían en esta medida poco efectiva para desatascar el retraso acumulado. De hecho, los diez juicios celebrados se consideran algo «residual» y la actividad en agosto no ha diferido de la actividad conocida en estas mismas fechas los años anteriores.
De los 60 juzgados existentes en Bilbao, los que han fijado juicios en agosto son especialmente los sociales, de jurisdicción laboral, que señalan siempre casos urgentes como reclamaciones en materia de vacaciones y despidos que no pueden esperar a septiembre. También están los juzgados de lo penal, que celebran juicios rápidos en la semana que ocurre el delito. Son juicios rápidos de violencia sobre la mujer, en su mayor parte.
Según ha podido saber este periódico, solo un juzgado en todo Bilbao ha señalado fuera de ese régimen, es decir, que ha aprovechado estos días hábiles para celebrar juicios normales. «Como vemos, la actividad en los juzgados no ha variado mucho pese a la medida impulsada desde el Ministerio de Justicia», hace balance Uriarte.
Como otros años, los jueces han tenido la potestad de celebrar juicios urgentes, aunque en esta ocasión no han necesitado habilitar días inhábiles, sino que han dispuesto de ese marco temporal facilitado por el Real Decreto de abril.
«Siempre han existido este tipo de juicios porque, por ejemplo, una actuación procesal relativa a una causa penal con un preso en prisión preventiva o el despido de un trabajador que lo impugna son causas que no pueden esperar», aclaraba a principios de agosto Aner Uriarte, es decir, nada diferente a lo que ha terminado resultando.
Estos profesionales habían dado la espalda a esta medida incluso antes de que se pusiera en marcha. De hecho, el órgano de gobierno de los jueces, el Consejo General del Poder Judicial, había recomendado que los magistrados concentrasen sus vacaciones en agosto. Los jueces habían multiplicado los juicios en julio, en jornadas de mañana y tarde, y harán lo mismo en septiembre.
En sus críticas, adelantadas por este periódico, echaban mano del sentido común para exponer sus razones: «Muchos juicios que podrían señalarse para agosto se suspenderían por ausencias. Por ejemplo, citar a un testigo supondría encontrarse con la respuesta de que esta persona está de vacaciones», recordaba el decano del Colegio de la Abogacía de Bilbao, Carlos Fuentenebro.
Más que hacer leña de esta medida ya vencida, a los jueces les preocupa lo que está por venir, especialmente en el ámbito laboral. En su opinión, la factura de la crisis económica provocada por la pandemia empezará a verse con toda su crudeza en los juzgados este otoño. «El goteo de casos del ámbito laboral no hecho más que empezar», advertía ya hace unas semanas Uriarte, pensando en una vuelta de vacaciones conflictiva.
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