El hermano del asesinado en Zabala cree que los acusados «lo tenían planeado»
Declara ante el jurado que no tuvo «más remedio» que irse en el coche sin socorrer a la víctima porque le estaban «amenazando»
Dimas, el hermano de David G., asesinado el 24 de octubre de 2019 en la calle Zabala, del barrio de Bilbao la Vieja, por un ... disparo de escopeta, cree que los acusados, padre e hijo y otros familiares «lo tenían todo planificado» y que no le dejaron «socorrer» a su hermano, ya que tuvo que irse del lugar porque le estaban «amenazando».
Dimas declaró este miércoles en la tercera jornada del juicio con jurado que se sigue en la Audiencia provincial vizcaína contra Jonatan, de 38 años, y su padre, Luis, de 70, por dos delitos de asesinato, uno de ellos en grado de tentativa, precisamente por disparar contra Dimas, que logró huir en un coche sin ser alcanzado. Dimas es la actual pareja de la exmujer de Jonatan, con quien estuvo casada 15 años y tuvo una hija.
Según Dimas, aquel día por la mañana tuvo un encontronazo con Jonatan cuando «desayunaba» en el bar La Escala de la Ribera, y éste le hirió con un «estilete» en un brazo. Según su versión, fue el padre de Jonatan, Luis, quien les pidió que subieran a la calle Zabala, donde residían, para «solucionar» el conflicto surgido al comenzar él una relación con la exmujer de Jonatan, «ocho meses después de que se hubieran separado». Dimas le pidió a su hermano como «patriarca» que le acompañara, pero negó que se presentaran en el portal con palos y una pistola, como ha declarado algún testigo. Asegura que se bajó del coche con un bastón con el que golpeó un cristal. Entonces, vio que bajaban los dos acusados con escopetas y le dijo a su hermano que se marcharan.
La exmujer
A partir de ahí, «vienen los golpes y los disparos, todo muy rápido», relató ante el jurado. Entonces fue cuando se montó en el coche, esperando a su hermano, que no llegó a subirse y, ya dentro, escuchó «los tiros», pero no vio «de dónde venían». «No me quedó más remedio que irme. Esa es la pena que tengo en el corazón y que me quedará para toda mi vida, que me hicieran marchar sin dejarme socorrer a mi hermano», lamentó.
También testificó este miércoles la exmujer de Jonatan, quien afirmó que se separó por decisión de «los gitanos mayores», porque él la pegó por querer «ir a ver a su madre hospitalizada». Como marca la ley gitana, tuvo que «desterrarse» a Madrid durante dos meses y a Durango dos años sin poder ver a su hija. Los principales acusados se enfrentan a penas de hasta 24 años y prisión permanente revisable.
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