Juicio por el asesinato en la calle Zabala

La madre del asesinado en Zabala dice que su hijo «no fue a pelear», sino a «poner paz y arreglar las cosas»

La esposa y progenitora de los dos principales acusados afirma que su hijo era quien vivía «amenazado» y que disparó, pero «no quería matarle»

e. c.

Lunes, 28 de febrero 2022, 17:18

La madre de David G., que falleció el 24 de octubre de 2019 en el barrio bilbaíno de Zabala por un disparo efectuado presuntamente por ... J.D., a quien se juzga por estos hechos en la Audiencia Provincial de Bizkaia junto a su padre, L.D. y otros tres familiares, ha declarado este lunes que su hijo «no fue a pelear», sino que acudió a la vivienda de los encausados a «poner paz», para que «no se pelearan más» y a «arreglar las cosas». La Audiencia Provincial de Bizkaia ha celebrado este lunes una nueva jornada del juicio con jurado contra un padre y un hijo, que contaban con 70 y 38 años en el momento de los hechos, acusados de matar a tiros, el 24 de octubre de 2019, a un varón, de 45 años, en la calle Zabala de Bilbao. En el proceso también están acusadas de complicidad otras tres personas, dos hombres y una mujer, familia de los dos encausados principales.

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La Fiscalía reclama penas de 24 años de prisión para los dos principales encausados por sendos delitos de asesinato con alevosía y asesinato en grado de tentativa, así como indemnizaciones de 90.000 euros para la viuda y de 180.000 euros para los hijos del fallecido. Por su parte, las acusaciones particulares, que representan a la viuda e hijas, solicita prisión permanente revisable para el acusado de realizar los disparos, y 20 años de prisión para su padre por asesinato con alevosía y asesinato en grado de tentativa.

Los hechos se remontan al 24 de octubre de 2019, cuando el menor de los dos principales acusados, J.D., mantuvo a primera hora de la mañana un enfrentamiento en un salón de juegos con el hermano del fallecido, D.G., al que agredió con un objeto punzante en el brazo. El origen de la disputa se encontraría en la relación sentimental que D.G. mantenía con la exmujer del principal procesado.

Según los testimonios recogidos durante el juicio, el varón herido habría llamado a su hermano David G. y a la mujer de éste, con quienes, horas después, acudió hasta la vivienda de los dos principales acusados, situada en la calle Bruno Mauricio Zabala. A su llegada al lugar, se habría producido un escándalo en el portal, de donde salieron los dos principales acusados armados con escopetas de postas, para las que contarían con licencia.

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De este modo, ambos habrían realizado disparos, pero fue el hijo, J.D., quien perpetró el disparo que impactó en la cabeza de la víctima mortal, que sufrió una hemorragia cerebral y falleció en el lugar. Al lugar también habrían llegado los otros tres acusados de complicidad -hermano, mujer e hijo del presunto autor del disparo mortal- armados con cachavas, según las declaraciones de testigos.

El «sustento» de la familia

En la sesión de este lunes han prestado declaración la mujer y madre de los dos encausados principales, J.D. y L.D, la madre de D.G y su hermano fallecido, las dos hijas y el hijo del fallecido, así como el presidente de la comunidad de vecinos del inmueble donde se produjeron los hechos. La madre de David G. ha explicado que su hijo fallecido y ella se dedicaban a la venta en mercadillo, y era «el sustento» de toda su familia, de su mujer, de sus tres hijos y de sus nietos. En ese sentido, ha dicho que, en la actualidad, la situación económica de la familia del fallecido es «muy mala», por lo que tiene que ayudarles ella.

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Además, ha asegurado que su otro hijo comenzó la relación con la exmujer del principal acusado cuando ya hacía «por lo menos dos años» que se había separado por «malos tratos» y que durante un tiempo se marcharon de Bilbao. Según ha declarado, el principal acusado «amenazaba» a su hijo D.G. con que le «iba a matar cada vez que le veía». Por otro lado, ha afirmado que su hijo fallecido, cuando acudió con su mujer y su hermano D.G. a la casa de los principales acusados el día de los hechos, «no fue a pelear, solo marchó a poner paz, fue a que no se pelearan más».

La madre de David G. ha dicho que su hijo era «muy formal, no quería que se pegara nadie y decía que había que arreglar las cosas», en referencia a la situación de su hermano por su relación con la exmujer de J.D. Por último, ha pedido para los acusados «la condena más grande que hay» para que «no vuelvan a matar a nadie», porque a su familia le han «destrozado la vida».

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«Le corrió con una navaja»

Por su parte, la esposa y madre de los dos principales encausados ha declarado que era el hermano del fallecido el que «le corría con una navaja» a su hijo J.D., que «no quería hacer nada». Precisamente, en relación con el incidente ocurrido en el salón de juegos, ha relatado que, según le contó su hijo, fue D.G. el que «le corrió con una navaja» a su hijo, pero que no le dieron «importancia» porque «siempre estaban así». Por ello, cuando estaban comiendo y su hijo recibió una llamada reclamándole que bajara a la calle y amenazando con «matarle», siguieron sin darle «importancia».

Tras explicar que no se «enteró» cuando su marido y su hijo bajaron a la calle, ni vio si llevaban las escopetas, ni escuchó los disparos, aunque sí oyó como «gritaban mucho», ha afirmado que «es verdad» que fue su hijo el que disparó, porque cuando volvió a subir se lo dijo. «Madre, le he tenido que matar, no quería matarle pero ha tenido que ser a fuerza, no le he querido matar para nada», ha explicado que le dijo su hijo, para asegurar que su marido «no disparó en ningún momento».

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Una muchedumbre

En su declaración, el hijo del fallecido, que en el momento de los hechos era menor de edad y se encontraba en un centro de menores, ha dicho que su padre era quien mantenía económicamente a toda la familia «buscándose la vida como podía con la chatarra y el mercadillo». Ahora, ha explicado, viven de «los 500 euros» de su madre«, porque no cobra la RGI ningún miembro de la familia y tampoco pensión de orfandad.

Por su parte, la hija menor del fallecido, que contaba con 21 años de edad cuando ocurrieron los hechos, ha explicado que la noche anterior a los hechos la pasó en casa de su hermana para «ayudar con los niños», y que sobre las dos de la tarde iban ambas caminando desde San Francisco a Zabala para encontrarse con su padre, que todos los días recogía allí a su hija mayor y a su nietos algunas veces para que fueran a comer a su casa.

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Fue entonces cuando se encontraron con «mucha gente» alrededor de alguien que estaba en el suelo y su hermana supo que era su padre al reconocer la zapatillas. Ha dicho que vio cerca de su padre una cachava tirada en el suelo que «no era» del fallecido, que no llevaba armas en el coche porque «lo utilizaban para los niños». Así, ha asegurado también que su padre no tenía pistola y su tío tampoco.

Por su parte, la hija mayor del fallecido ha contado que iban al encuentro de su padre en Zabala, porque iba a su casa a comer «todos los días», cuando se encontraron con «el jaleo» y con su padre en el suelo y a su madre que le «agarraba» la cabeza. Según ha declarado, vio en el suelo una cachava que, según le dijo su madre después era de otro de los acusados que fue a «pegarle» a su tío D.G.

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Reclamación al seguro

Tras afirmar que desconocía si entre J.D. y D.G. había «problemas» y explicar que fue después cuando su madre le contó el origen de las disputas entre ellos, ha dicho que su padre, que «no tenía armas» y su tío «tampoco», era quien «mantenía a toda la familia». También ha reconocido que cuando ocurrieron los hechos culpó de lo sucedido a su tío porque en ese momento estaba «enfadada con él» porque «dejó a su hermano tirado» y ha pedido que «se haga justicia».

Por ultimo, el presidente de la comunidad de vecinos del edificio donde ocurrieron los hechos, el número 21 de la calle Zabala, ha declarado que no presenció lo ocurrido y únicamente ha confirmado que presentaron reclamación al seguro por la rotura del cristal de la puerta del portal, pendiente de cobro.

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