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El juzgado de Instrucción de Getxo ha sobreseído provisionalmente el caso de los supuestos abusos sexuales que sufrieron seis niñas de entre cuatro y cinco años (fueron cuatro las familias que denunciaron) del Colegio Europa. En un auto al que ha tenido acceso EL CORREO, ... el magistrado considera que no han quedado suficientemente acreditadas las acusaciones contra un profesor de inglés del centro educativo y, por tanto, da carpetazo al asunto a la espera de que surjan nuevas pruebas incriminatorias que permitan reabrir la investigación.
El archivo de la instrucción se produce a pesar de los informes médicos que constataron que varias de las niñas presentaban indicios de haber sido agredidas sexualmente. Por ejemplo, una pediatra que atendió a una de las menores dejó constancia por escrito que, tras entrevistarse a solas con ella, la niña se mostró «abierta y colaboradora». Cuando la médico le preguntó si alguien le había hecho daño, la niña respondió «directamente» que sí y mencionó al profesor. Después relató parte de los abusos. Fueron estas exploraciones las que motivó a esta primera familia a denunciar lo ocurrido. Desde el centro de salud también se advirtió a la Fiscalía de lo ocurrido. Esta mujer se puso en contacto después con otras familias con las que tenían contacto para explicarles lo que había pasado y empezaron a preguntar a sus hijas. Otra de las madres relató que los médicos trataron de quitar la ropa interior de su hija para poder explorarla y la niña empezó a gritar que no quería «jugar». A partir de ese momento se presentaron otras denuncias, aunque tienen constancia de que hay al menos otras dos víctimas que no han querido denunciar. Las familias de las niñas se han mostrado indignadas por la, a su juicio, «falta de comprensión» que ha mostrado el Colegio Europa desde que les comunicaron lo que estaba pasando.
El caso se archiva ahora, con el apoyo de la Fiscalía, ya que en síntesis no se puede determinar quién cometió esos abusos. Una prueba de peso en este sentido fueron las pruebas preconstituidas que se realizaron con las víctimas. Se trata de una especie de entrevista individual en la que tres de las menores estuvieron con un psicólogo y trabajadores sociales.
El juzgado sostiene –y también la Audiencia de Bizkaia– que en las manifestaciones de las pequeñas «no existe base para sostener la imputación». «No es que no realizaron un relato pormenorizado, es que no realizaron, en absoluto, un relato incriminatorio, lo cual es sumamente relevante», apuntó la Audiencia en el escrito en el que negó la práctica de otras pruebas dirigidas, entre otras cosas, a determinar si el profesor podía haber estado a solas con las niñas durante las clases, algo que profesores que testificaron negaron.
En definitiva, el juez y el fiscal entienden que no existen «datos periféricos corroboradores de carácter objetivo vinculados a los hechos denunciados». Tampoco elementos «subjetivos que puedan derivarse del contenido de las pruebas preconstiuidas».
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