Jóvenes organizan patrullas en municipios de las faldas del Gorbea por la oleada de robos

Ese día no encontraron a los sospechosos. Pero la rapidez con la que se organizaron para tratar de localizar a los ladrones da una idea del «enfado» y la «preocupación» que se ha extendido entre una gran parte de los vecinos que residen en municipios alaveses y vizcaínos ubicados en las faldas del Gorbea por la «oleada de robos» que han sufrido en los últimos dos meses. La agilidad de la respuesta también evidencia que no era la primera vez que los habitantes de la zona organizaban una «patrulla vecinal» de estas características.

Los vecinos insisten en que gran parte de los núcleos habitados que rodean a la emblemática montaña vasca han sido objeto de robos en los últimos meses. Se han producido en lugares relativamente poblados como Murgia, pero también en pequeños concejos como el de Gopegi, Acosta y Buruaga, en el que los residentes relatan que robaron cuatro caseríos en apenas unas horas.

Según las fuentes consultadas, los principales problemas se han dado en la vertiente alavesa. Pero desde el Ayuntamiento de Ubide, ya en Bizkaia, explican que también han sufrido robos en las últimas semanas. En su caso todavía no han afectado a casas habitadas, pero sí al gaztetxe y al batzoki. El último fue hace apenas dos semanas, cuando los ladrones se llevaron la pantalla digital del ayuntamiento. Además, insisten en que otros pueblos de la zona, como Otxandio y Legutio, están sufriendo sucesos similares.

La mayoría de los que están detrás de estas patrullas vecinales son chicos muy jóvenes que residen en los pueblos de la zona. «Los chavales están muy calientes», explica un residente de Zigoitia.

A las tardes se suelen juntar en uno de los pocos bares que están abiertos en la zona. No tienen reparos en hablar de lo que está pasando. Explican que todo empezó poco antes de navidades. Varios vecinos de Apodaka sorprendieron a unos ladrones que se hacían pasar por ciclistas. Persiguieron a uno de ellos por caminos rurales y le redujeron hasta que llegó la Ertzaintza.

La clave del asunto -insisten- es que todos tienen algún familiar o algún amigo al que le han robado en casa. También insisten en que los ladrones actúan con «impunidad» y piensan que la Ertzaintza «debería hacer más». Temen, sobre todo, por las personas mayores que viven solas. En este punto, una joven enseña el fotograma de un individuo captado por las cámaras de seguridad instaladas en la casa de sus padres. Este sujeto que robó en su vivienda -insiste- es el mismo que fue detenido poco antes en otro asalto anterior en la misma zona.

Los padres insisten a los jóvenes en que tengan «cuidado» con esas patrullas porque, al final, son ellos los que «pueden acabar buscándose un problema serio». Sin embargo, los chicos subrayan que no tienen miedo y piensan seguir haciendo estas acciones para -recalcan- «ayudar a los vecinos». Explican que, además de salir rápidamente en auxilio si alguien avisa de algún robo en viviendas, ya han parado algún coche que no conocían circulando por la zona en actitud sospechosa para que se identificase. También han seguido a un vehículo en el que viajaban varios supuestos ladrones hasta el centro de Vitoria. Les hicieron fotos y se las dieron a la Ertzaintza.