Un apasionado de la pelota, de carácter reservado y con buen «olfato para los negocios»

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Un año de la catástrofe del vertedero de Zaldibar

El promotor de Verter Recycling creció en el caserío familiar de Kondia, un antiguo molino fluvial situado en el barrio de Eitzaga, en Zaldibar, muy cerca del vertedero derrumbado, que le dio su apodo, 'Kondia', y el nombre de uno de sus negocios más destacados. Siempre fue un «tipo listo», «con olfato empresarial», «un negociante y un emprendedor», y «muy discreto», según impresiones que es fácil recoger en Eibar, ciudad en la que ha desarrollado buena parte de su actividad. A lo largo de su vida ha participado de un modo u otro en hasta 34 empresas, aunque hizo fortuna sobre todo con la comercialización de vehículos. En 1982 fundó Automóviles Kondia, una de las sociedades más importantes en su trayectoria, que traspasó hace unos años. Desde los noventa, participó en la producción de aluminio y constituyó promotoras, constructoras y agencias inmobiliarias. También llegó a aventurarse en el sector de la hostelería, en la producción audiovisual y en la venta de mobiliario.

Barinaga, de 76 años, no es «de cuadrilla ni de sociedad gastronómica», lo que es una peculiaridad en Eibar, aunque le gusta la buena mesa y tiene amigos fieles que comparten su gran pasión: el frontón. Era habitual de la primera fila del Astelena, la de los aficionados a las apuestas.

Barinaga creó Verter Recycling en 2002 y obtuvo la primera autorización ambiental integrada y la licencia de apertura del vertedero en 2011, de cuya gestión acabarían haciéndose cargo dos sobrinas. La tarde del derrumbe acudió allí y, ya de noche, incluso llegó a hablar con periodistas sin revelar que era el propietario. Habló de los desaparecidos, a los que definió como sus amigos.