Los jefes médicos de Basurto denuncian la «privatización encubierta» de la sanidad
Critican que Osakidetza se «obceque» en la fusión de la cirugía cardiaca y «siga sin abordar el problema más grave: no hay médicos ni enfermeras»
36 de los 38 jefes de servicio del hospital de Basurto firman una dura carta contra la gestión que está haciendo el Gobierno vasco de ... la sanidad pública en Euskadi. En la misiva critican que mientras el Ejecutivo «se obceca en medidas erróneas sobre la cirugía cardíaca, el problema más grave de la sanidad vasca sigue sin abordarse: no hay médicos ni enfermeros». Una situación que, «además va a empeorar rápidamente» por las jubilaciones previstas en los próximos años.
En el caso concreto del hospital bilbaíno, esta escasez de profesionales afecta ya directamente a dos de sus servicios. En Urgencias los sanitarios tienen que asumir un incremento del 30% en la demanda asistencial con una plantilla mermada, lo que ha disparado los tiempos de espera de los pacientes de niveles de gravedad 3 a 5 -los menos urgentes-, según explicaron los propios trabajadores a este diario. En la Reanimación las limitaciones impuestas para contar con más enfermeras capacitadas impide abrir camas adicionales en la unidad para hacer frente al incremento de la actividad registrada en las últimas semanas. Esto ha obligado a este hospital a suspender casi a diario operaciones complejas programadas.
La Reanimación de Basurto solo dispone de 12 camas preparadas para atender a esos pacientes durante las horas y días siguientes a la intervención, unas plazas que también acogen a enfermos en estado crítico por diferentes patologías o traumatismos. Osakidetza reconoció que el hospital ha tenido que trasladar en las últimas fechas a personas en estado muy grave a otros hospitales de Bizkaia al no disponer Basurto de suficientes camas de críticos.
Los jefes de servicio entienden que este problema de falta de personal debe ser el prioritario para Osakidetza. En su carta apuntan que el plan del cierre de la cirugía cardiaca de Basurto y la unificación de este servicio con el de Cruces «está sustentado en dos pilares: la privatización de la sanidad y el desmantelamiento del hospital» bilbaíno. Afirman los responsables médicos que, con la fusión de la cirugía cardiaca, cada cirujano seguirá realizando las mismas intervenciones que ahora en dos centros. Y sostienen que el proyecto prevé mantener las «derivaciones a un centro privado» de los pacientes de Gipuzkoa y de parte de los alaveses que precisan de una operación de corazón.
En su carta también sostienen que Basurto sufre una «pérdida» continuada -como si de un «goteo» se tratase-, de tecnología y recursos. Y dejan entrever que Salud ha desestimado iniciativas de los profesionales «para mejorar la atención de nuestra población». Por ello insisten en que lo que tratan de hacer con acciones como esta carta es «defender» Basurto, pero también Osakidetza.
Suspensión cautelar
Los jefes de servicio hacen público este escrito en plena vorágine judicial. El lunes se conoció que el juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Vitoria paralizaba de forma cautelar el proyecto de fusión de la cirugía cardiaca de Osakidetza, como respuesta a la demanda presentada por una treintena de cardiólogos de este hospital. La magistrada tomaba esta decisión al entender que la dimensión del caso hará que tenga que ser resuelto en segunda instancia y que, de llevarse a cabo ahora la unificación -estaba prevista para el 17 de noviembre-, no sería posible hacer cumplir una hipotética sentencia firme futura favorable a los intereses de los facultativos bilbaínos. Esto es, que no se podría dar marcha atrás a los traslados y la integración en Cruces del actual servicio de cirugía cardiaca de Basurto.
Noticia Relacionada
Defender Basurto, defender Osakidetza
El Departamento de Salud ha presentado alegaciones a este auto. En ellas defiende que la unificación de la cirugía cardiaca en Cruces mejorará la asistencia. La jueza tiene ahora dos días para decidir si da marcha atrás o mantiene la suspensión cautelar sobre el proyecto. De continuar el bloqueo, el Gobierno vasco podría recurrir al Tribunal Superior, que tardaría entre cuatro y cinco semanas en pronunciarse. Pero lo haría solo sobre la suspensión cautelar. El proceso para resolver la demanda será mucho más largo. Al menos un año necesitará la sala de Vitoria para pronunciarse y otro más para que el Superior de Justicia emita una sentencia firme.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión