Investigan por estafa a una agencia de viajes de Santutxu
Al menos seis personas han denunciado al negocio del barrio bilbaíno, que ha cerrado por sorpresa dejándoles sin unas vacaciones ya pagadas
Vanesa Gorjón y su hija querían pasar el fin de año en Tenerife. Pero esas vacaciones se quedaron en una ilusión por el repentino cierre ... de una agencia de viajes de Santutxu. El Juzgado de Instrucción número 4 de Bilbao investiga la presunta «estafa», sobre la que constan al menos seis denuncias.
Viajes Scala, que abrió sus puertas en 1994, era una empresa «de toda la vida, de confianza». Gorjón, de hecho, ya había contratado unas vacaciones el pasado verano «sin ningún problema». Entonces, la propietaria «me dijo que tenía roto el datáfono, y la pagué en mano». Por ello, cuando en septiembre le pidió de nuevo el dinero en efectivo, no le resultó extraño. «Pensaba que todavía no lo habría arreglado y, como la otra vez me fue bien, no tuve razones para sospechar», recuerda.
La responsable del establecimiento le dio «justificantes de los vuelos y del hotel». En los días previos, se acercó hasta la agencia para concretar los detalles y pagar los últimos 600 euros (ya había abonado 1.100), «pero la puerta estaba cerrada». Entonces se le acercó «una chica para preguntarme si sabía algo de los viajes, porque ella tenía uno pagado a Colombia». Es otra de las afectadas, que «iba a visitar a su hijo después de varios años sin verle». «Me quedé en shock», reconoce Gorjón, que el 26 de diciembre, ya consciente de que cuatro días después no iba a estar en las Islas Canarias, interpuso la denuncia.
Paqui Dávila, otra vecina del barrio, todavía no ha recurrido a la vía judicial. Primero quiere contactar con más damnificados para «actuar de forma conjunta; hacer más fuerza». Ella y sus tres amigas visitarán Sevilla y Jerez de la Frontera en mayo, en plenas ferias. Pero han tenido que volver a pagar para materializar sus planes; y más que lo previsto, porque «en esas fechas es difícil encontrar a estas alturas dónde dormir».
«Intencionadamente»
En su caso, desembolsaron el importe del vuelo hasta la ciudad hispalense y «parte del alojamiento». Abonaron, cada una de ellas, «más de 200 euros», un adelanto. «Pensábamos que estaba comprando los vuelos delante nuestro, copió nuestros números de DNI», asegura. Al ver que «no abría» la agencia, se pusieron en contacto con la compañía aérea, que les confirmó que «no estamos registradas» como pasajeras.
Eso, reconoce, le da mucha «rabia», porque, «si desde septiembre no ha cogido el vuelo», eso significa «que lo ha hecho todo intencionadamente». Este periódico intentó ayer sin éxito contactar con la agencia, que, dos meses después de que saltaran las primeras alarmas, sigue cerrada, «con la tele puesta –detalla Dávila– como si estuviera tomando café y volviera en cinco minutos».
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