Investigan a cuatro grafiteros extranjeros por el ataque al metro
Fueron localizados, al día siguiente, muy cerca de donde se produjo el incidente de Lutxana, escondidos bajo un tren, con pintura y una escalera
La Ertzaintza investiga la posible relación de cuatro personas extranjeras con el que posiblemente ha sido el peor ataque grafitero que ha sufrido Metro Bilbao ... a lo largo de sus treinta años de historia. El miércoles de la semana pasada, coincidiendo con la final de la Europa League en San Mames, un grupo de entre 12 y 15 individuos asaltaron una unidad en Lutxana, encerraron a sus pasajeros y pintaron la totalidad del convoy (lo que en el argot del grafiti clandestino se denomina 'wholetrain').
Al día siguiente de este incidente, personal de seguridad del suburbano observó en San Ignacio a varias personas que mostraban una actitud «rara». «Estaban con una actitud vigilante». Posteriormente observaron cómo se introducían en el túnel. Por este motivo, llamaron a la Ertzaintza. Eran las 22.24 horas. Faltaba muy poco tiempo para que el metro cerrara sus puertas.
Dos patrullas de la comisaría de Bilbao se personaron en el lugar y comenzaron a recorrer la galería, cuyo extremo final acaba muy cerca del apeadero de Lutxana, que fue precisamente el escenario del ataque que se había producido en la víspera. Debajo de una unidad que estaba estacionada en las proximidades de San Ignacio encontraron a dos personas escondidas bajo el tren.
Los agentes procedieron a identificarles. Llevaban una docena de botes de pintura en spray. Uno de ellos era de origen australiano, mientras que el otro era francés. El primero aseguró haber llegado a Bilbao para asistir a la final de la Europa League. Dijo estar alojado cerca de San Sebastián.
De forma paralela, las fuerzas de seguridad también localizaron a otras dos personas sospechosas en el entorno de Elorrieta, a medio camino entre San Ignacio y Lutxana. Contaban con un coche de matrícula alemana. Su conductora, una mujer de esta misma nacionalidad, había saltado minutos antes una canceladora del suburbano. Además, estaba acompañada por un hombre nacido en Nueva Zelanda.
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La Ertzaintza halló más pintura, una cámara de fotos (no contenía instantáneas que les pudieran incriminar) y una escalera de mano. La chica alemana, además, llevaba en la galería de su teléfono móvil multitud de imágenes y vídeos tomados en instalaciones ferroviarias de diferentes países.
Inteligencia artificial
La Policía autonómica no detuvo al grupo, ya que no halló ni pintadas en el tren ni daños, así que procedió a identificar a los dos supuestos grafiteros que estaban escondidos debajo del convoy para que sean sancionados por vía administrativa. No obstante, se investiga si estas personas, ayudadas por grafiteros locales que conocen bien el suburbano, podrían estar detrás del asalto a una unidad de la serie 550 el día de la final europea de fútbol.
En las últimas semanas, los vigilantes de la empresa de transportes han detectado un aumento de la presencia de personas en actitudes «sospechosas» en el entorno de San Ignacio. Este es un punto crítico para la problemática del grafiti. El suburbano está implementando un nuevo sistema antiintrusión, con cámaras dotadas con Inteligencia Artificial.
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