Amina Ali Darsha, la joven que ha huido, con su marido y su bebé.

Las niñas que huyen de Boko Haram: ¿camino a la salvación o al infierno?

La aparición de una de las 200 menores secuestradas hace dos años por la filial del Estado Islámico en Nigeria vuelve a poner sobre la mesa el estigma con el que viven las víctimas al regresar a sus hogares

óscar b. de otálora

Jueves, 19 de mayo 2016, 00:44

El 14 de abril de 2014, los islamistas radicales de Boko Haram secuestraron a 219 niñas de un colegio cristiano de la localidad nigeriana de Chibok. De ellas, sólo una ha aparecido. Se llama Amina Ali Darsha, ahora tiene 19 años y ha sido localizada en las últimas horas en un bosque cercano a la frontera de Camerún, en circunstancias aún confusas. La por ahora única mujer en haber huido de ese secuestro masivo que conmovió al mundo -la propia Michelle Obama apareció en público con un cartel en el escribió el 'hashtag' 'BringBackourGirls' (Traed de vuelta a nuestras chicas), la apelación mundial a la liberación de las jóvenes- se enfrenta ahora a una encrucijada diabólica. Muchas de las víctimas de Boko Haram que huyen de sus captores son recibidas en sus pueblos con el estigma de haber vivido con los enemigos. Y si han tenido hijos durante el cautiverio, el sufrimiento es mayor ya que a los niños se les acusa de «llevar la sangre de Boko Haram». Alguna supervivientes, en ese ambiente de exclusión social, han llegado a decir que incluso habían pensado en suicidarse al recobrar la libertad.

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El caso de la recién liberada Amina Ali Darsha Nkeki tiene todos los componentes para augurar un futuro sufrimiento. En el momento en el que fue localizada en un bosque por fuerzas del Ejército nigeriano y grupos de autodefensa locales, la joven viajaba con un niño de cuatro meses. Distintas fuentes aseguran que junto a ella se encontraba un hombre, militante de Boko Haram, que afirma ser su esposo, aunque este extremo no está confirmado. De la misma manera, una de las versiones sobre su localización sostiene que se trato de un hallazgo casual, ya que la joven había abandonado un campamento de los terroristas islamistas para buscar leña y se perdió. Al parecer, ella ha declarado a las autoridades locales que el resto de las niñas del colegio cristiano están vivas, en la profundidad de la selva de Sambisa, fuertemente custodiadas por los islamistas.

Bebé muerto

Boko Haram, un grupo que compite en salvajismo con el Estado Islámico, suele quemar vivos a los menores prisioneros que intentan huir de sus campamentos. Esta milicia, como muchas otras radicadas en África, nutre sus filas con niños soldados y practica la esclavitud sexual con las mujeres que captura. Pero uno de los testimonios más estremecedores sobre el fatal destino de las víctimas de Boko Haram lo ofreció hace cuatro semanas, Zara, una niña de 17 años que consiguió huir de sus secuestradores.

Zara relató como los islamistas, tras raptarla en su pueblo, sólo le ofrecieron dos posibilidades: o casarse o convertirse en una esclava. Ella optó por la primera opción. Tras pasar varios meses en uno de los campamentos de Sambisa, fue liberada en una operación de los militares nigerianos. Allí comenzó su infierno. Al ser devuelta a su pueblo, sintió el rechazo de la comunidad. Nigeria, en este sentido, está dividida al 50% en las confesiones musulmana y cristiana. Esta polarización se vivía en su aldea y allí, los cristianos la veían como una musulmana tras su secuestro y los musulmanes como una cristiana por su pasado.

Pero además, estaba embarazada. Nada más dar a luz, en su comunidad se le empezó a reprochar que había llevado «sangre de Boko Haram» al pueblo. Cuando el bebé falleció por la mordedura de una serpiente, en la aldea lo celebraron. Zara, en algunas de sus declaraciones, afirmó que había pensado en huir del pueblo para volver a estar en manos de los islamistas radicales. ONG's que actúan en Nigeria ya han alertado que estos comportamientos están creando «algo más peligroso que Boko Haram» al dividir las comunidades y conseguir que haya familias proscritas por el mero hecho de tener una víctima entre sus allegados.

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Este drama es uno de los éxitos de Boko Haram. Este grupo, nacido en 2009, se bautizó como 'la educación occidental está prohibida' (Boko Haram, en lengua hausa). Desde sus inicios ha tenido entre sus objetivos los colegios y los menores, conscientes de que son el eslabón más débil de la sociedad nigeriana. Su golpe más internacional fue precisamente el secuestro de las 219 niñas del colegio de Chibok y del que por primera vez en dos años se ha conseguido alguna pista. El grupo, que en 2014 juró lealtad al Estado Islámico, tiene entre sus filas al menos a 2.000 niños secuestrados. Son los rehenes que garantizan la supervivencia de su terror.

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