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«Es el mercado, amigo», dijo en una ocasión un exministro condenado por corrupción. Es precisamente ese fenómeno de los vaivenes de libre mercado lo ... que están viviendo estos días los hinchas del United y los Spurs que se alojan –o lo intentan– en Bilbao y alrededores, con precios en hoteles de gama media que pueden rozar los 5.000 euros por una única noche, mientras que los más previsores amarraron camas en hostels o pensiones por 20, 30 o 40 euros.
Los ingleses experimentan así las consecuencias de la ley de la oferta y la demanda que ha puesto patas arriba en las últimas semanas los precios para alojarse en la capital vizcaína y que ha indignado a muchos aficionados de los dos clubes participantes en la final de la Europa League, que se han visto obligados o bien a buscar alojamiento en otros municipios de Bizkaia o ciudades vecinas (Santander, San Sebastián, Vitoria...) o bien a prepararse para dormir la noche al raso.
Esta mañana en los hoteles bilbaínos había de todo, desde gente que llegaba a los establecimientos para pasar la noche hasta muchos otros que hacían el check out porque se negaban a pagar los astronómicos precios de miércoles a jueves. Entre estos últimos estaban Tinky y Jason, procedentes de Londres y fieles seguidores de los Spurs, que abrían la veda de la cerveza a las 10 de la mañana en el bar de al lado del Hotel Ilunion de Rodríguez Arias.
«Nos hemos alojado aquí de martes a miércoles y hemos pagado 375 euros por la habitación, pero para la noche de la final nos pedían 4.000 euros, por lo que hemos decidido irnos a un hosten en las afueras», relataban, antes de denunciar que los elevados precios «son un auténtico timo, nos están robando». «No merece la pena pagarlo, en cualquier otra semana las habitaciones en este mismo hotel cuestan 90 euros», concluían.
Lo mismo les ocurría a Andreas y Elis, llegados desde Chipre, pero de origen británico e hinchas del Tottenham. «Hemos pagado 300 euros por la noche del martes pero ya nos vamos y tendremos que buscarnos la vida, porque hoy el precio era demasiado caro». No sabían dónde iban a dormir esta noche y no descartaban hacerlo en la calle.
Había otros británicos más afortunados que sí habían amarrado una noche en el hotel a un precio algo más asequible. «He pagado 1.300 euros por esta noche. Soy consciente de que es caro pero después vi que los precios estaban a 3.000 y pico, así que no me parece tan mal, es el precio que es y lo pago contento, eso sí, siempre que ganemos», razonaba Tony, junto a su hijo Nick, llegados de Buckinghamshire, en las cercanías de Londres, pero que curiosamente venían a animar al Manchester United.
A un par de calles, pero a cientos de euros de distancia en cuanto al precio de las camas, varios hinchas del Tottenham esperaban en el mostrador del Optimi Rooms, el hotel de cápsulas de Doctor Areilza, para el que la mayoría había pagado precios muy reducidos. «Solo he pagado 25 euros para esta noche porque lo reservé en marzo, estaba convencido de que íbamos a llegar a la final», se congratulaba un previsor Ethan, seguir de los Spurs llegado desde Birmingham.
También salía del hotel de las cápsulas su correligionario Dave, recién aterrizado de Londres y que lucía una elástica del legendario jugador –y bebedor– Paul Gascoigne. Era otro de los afortunados que había logrado un muy buen precio: «Elegí este sitio hace dos o tres meses, precisamente porque no era nada caro. He pagado 60 euros dos noches y además lo cogí con cancelación gratuita por si no llegábamos a la final», explica. Viendo el panorama, se puede aplicar aquí la máxima de unos poco y otros tanto.
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