Hosteleros de García Rivero plantean iniciar las obras ya para llegar a fiestas
La mayoría prefiere que la calle se arregle ahora para «trabajar en Aste Nagusia», pero todo parece indicar que se levantará en septiembre
La calle García Rivero luce desde ayer su nueva imagen, más amable; pero los trastornos no han terminado para los hosteleros, comerciantes y vecinos. Un defecto en la calidad de las baldosas tipo Bilbao empleadas en la reforma obliga a levantar la calle de nuevo. La mayoría prefiere que la reparación de las baldosas empiece ya «para poder trabajar bien en Aste Nagusia», una época clave para hacer caja. Sin embargo, según fuentes municipales, todo parece indicar que los trabajos comenzarán en septiembre, tal y como estaba previsto, ante la imposibilidad de hacerlo antes.
Las obras se retomarán a inicios de ese mes y se podrían alargar unas cinco o seis semanas. Hasta entonces, los bares podrán colocar terrazas en el exterior para poder 'salvar' la Semana Grande y la época estival, una de las más importantes del año.
La calle se volverá a levantar porque el Consistorio bilbaíno no está de acuerdo con cómo han quedado las baldosas ya colocadas. Se rompen con facilidad y tienen un color diferente al habitual. A pesar de que la zona esté aparantemente arreglada –ya han retirado las vallas y luce un aspecto nuevo– la empresa constructora deberá retirar el material defectuoso y sustituirlo por uno nuevo y de la calidad adecuada.
Como es lógico, hosteleros y comerciantes se muestran enfadados con la «chapuza» que obliga a volver a levantar una calle que ya ha vivido en obras los últimos meses. El jueves se reunieron con representantes del Consistorio para expresar sus críticas y para explorar una solución al problema. Los perjudicados pusieron una opción sobre la mesa: iniciar las obras en febrero, «temporada baja», para poder salvar las fiestas y la época estival. Sin embargo, el Ayuntamiento la rechazó.
Según indican los hosteleros, «había dos únicas alternativas: comenzar las labores en los próximos días o esperar a septiembre». Finalmente, se llevará a cabo la segunda, la que desde un principio comunicó el Consistorio. No obstante, comerciantes y hosteleros votaron para ver cuál era la decisión más popular. Estuvo muy reñida (solo hubo un voto de diferencia). Un total de diez propietarios prefería que la calle se arreglara del tirón, mientras que otros nueve apostaban por esperar a septiembre.
Aitor Galarza, responsable del bar Al Lío, asegura que si los trabajos hubieran comenzado ya, habría sido difícil llegar a las fiestas. «Dijeron que tardarían unas seis semanas, así que hubieran ido justos», asegura. Los que han votado a favor de retomarlas en septiembre persiguen un objetivo claro: poder aprovechar la Aste Nagusia. «Prefiero que esperen, porque así nosotros tenemos la posibilidad de trabajar un poco más», explica Yolanda Liñera, del Larragan. La misma opinión comparte Mónica, del bar Tulipán. «Queremos trabajar bien durante el mes de agosto», asegura.
