Estamos helados en Bilbao
Las heladerías crecen como hongos en la capital vizcaína. Es el comercio de moda este verano
Afortunadamente, en Bilbao nos estamos librando de las olas de calor que sufren otras zonas de España. Otra cosa es que llevemos un porrón de ... días con los cielos plagados de nubes, pero es lo que tienen los veranos cantábricos desde que el mundo es mundo. Nunca conviene olvidarse de las katiuskas ni de los chubasqueros. Este verano, para 'más inri', en la capital vizcaína nos estamos quedando helados. Literalmente.
De repente, se ha desatado una fiebre comercial con las heladerías, sobre todo artesanales. Crecen como hongos. Sin ir más lejos, la semana pasada abrieron dos 'gelaterías'. Se expanden por todos los rincones de Bilbao. Despachan helados de todos de los gustos y para todo tipo de públicos.
Una cola de 100 metros de largo se formó el sábado a la tarde alrededor de la nueva tienda de Capra en el Casco Viejo. ¿El motivo? Regalaban un helado a los 200 primeros clientes que llegasen para celebrar tanto su 45 aniversario como la apertura de su nuevo establecimiento en la calle Askao.
Aunque en un principio solo iban a repartir 200 cucuruchos gratis, los dueños se derritieron y decidieron no dejar a ninguna persona con la boca abierta. Así que siguieron liquidando todas las existencias hasta vaciar tanto las cubetas expuestas como todas las reservas de las que disponían en el establecimiento. «¡Así somos los de Bilbao!», se reía Álvaro López, uno de los fundadores de una compañía que posee muchos de los kioskos de helados de la capital vizcaína. «Además, no podemos dejar a nadie con el gusanillo», añadió.
El popular negocio familiar abrió su primera tienda en 1980. Ahora cuenta con cerca de 30 establecimientos repartidos por toda Bizkaia y Cantabria. «Es un orgullo que tantos vizcaínos confíen en nosotros. Cuidamos con mucho mimo nuestro producto. Siempre tratamos de conseguir los mejores ingredientes para obtener el mejor sabor y calidad. Creo que eso es algo que nuestros clientes valoran», valoró.
Casi a la misma hora, Regma, la heladería cántabra por excelencia, abría las puertas de su local de Ercilla. Desde su apertura se suceden las colas en el local pegado al de Logo. Regma nació en 1933 cuando el bisabuelo, Marcelino Castanedo Miera, después de tres años dedicado al frío industrial, adquirió una heladería en la calle Hernán Cortés, 41, de Santander que hasta entonces regentaban unos heladeros italianos.
En la visión empresarial del bisabuelo siempre tuvo una gran relevancia la cohesión familiar. Casi un siglo después, se ha convertido en un referente a nivel nacional en la elaboración artesanal de helados, repostería y confitería. El nombre de Regma surge de la unión de las iniciales de Regina y Margarita, hijas de Marcelino. El lunes a las nueve menos cuarto de la noche, las colas aún se sucedían con los termómetros marcando 23 grados.
Como no hay dos sin tres, la esquina de Astarloa con Ledesma, una de las zonas hosteleras más pijas de la ciudad, se apunta también a los helados. Loretta tomó el relevo de una conservera. No son unos helados cualquiera, son artesanos y recién traídos de Sicilia. ¡Esperemos que no se les derritan!
En esta tienda, decorada con colores muy veraniegos y llamativos, lo tienen claro. No hay mayor placer que un helado de postre. El favorito de muchos en Loretta es el de pistacho.Otros optan por el de chocolate. O por el de avellana. Ah, no, en Loretta se dice Nocciola. O los de limón. Noooo. Tampoco es limón, es Limone Siciliano. Y debe tomarse junto al mar y con el sol en la cara.
Junto al mar o donde sea, Bilbao ha descubierto la rentabilidad de las heladerías. Generan colas, aseguran grandes ventas y se erigen como un negocio en pleno crecimiento que no ha dejado de crecer en los últimos cinco años. Con la ciudad llena de turistas, no descarten que sigan abriendo nuevas heladerías y entonando 'al rico barqui, barqui'...
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