El hallazgo de amianto ralentiza el inicio de las obras de la Facultad de Medicina en Basurto
Osakidetza humedece la zona de los trabajos para evitar que se levante polvo y ha sellado las ventanas de cuatro pabellones del hospital
El inicio de las obras de la nueva Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU en Basurto comienza con mucho celo. La presencia ... de amianto en el edificio de la antigua unidad docente de la Universidad en el hospital está ralentizando la etapa inicial de los trabajos, durante la que se demolerá el edificio. Según indica Gorka Moreno, vicerrector del campus de Bizkaia, estos días se está procediendo a retirar la cubierta del inmueble siguiendo las pautas establecidas en los protocolos de seguridad fijados a la hora de trabajar con materiales en los que existe la presencia de ese compuesto. Una vez se hayan extraído estos elementos «el derribo irá más rápido».
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El amianto fue muy empleado en la construcción y la industria en el pasado. Está presente en numerosos edificios antiguos en los que se empleó fibrocemento para sus tejados o tuberías. Cuando se manipula se convierte en un material peligroso porque puede generar un polvo que, de ser inhalado, tiene efectos muy perjudiciales para la salud.
Es precisamente este uno de los principales motivos por los que el hospital de Basurto ha cerrado y sellado las ventanas de cuatro pabellones cercanos a la unidad docente a demoler, inaugurada en 1969. Según ha informado Osakidetza a sus trabajadores a través de una comunicación interna, en la que no se recogía la presencia de amianto en el edificio, la medida adoptada por «motivos de seguridad» busca «disminuir la entrada de polvo exterior y reducir así el riesgo de infección asociado».
En el escrito, Salud advierte que la demolición de este edificio, así como la excavación posterior que se realizará en el solar, incrementará la cantidad de polvo, lo que a su vez «aumentará la contaminación microbiológica derivada de esta obra». Para ello han sellado con cinta aislante las ventanas en la unión de las hojas con el marco en los pabellones Revilla, Arrupe y Ampuero orientadas a la calle Gurtubay, así como todas las del edificio Aztarain, donde se atiende a pacientes oncológicos. El resto de ventanales de los tres primeros inmuebles sí que podrán abrirse entre las ocho de la tarde y las ocho de la mañana, coincidiendo con el horario en el que las obras no estarán en marcha.
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Muestreo de hongos
El hospital, por su parte, ha colocado una malla para reducir la diseminación del polvo en el recinto hospitalario y va a humedecer la zona de trabajo y de los escombros para evitar que se levante polvo, según informaron ayer desde Salud. También se hará un muestreo ambiental de hongos en las áreas de riesgo y supervisará las labores de limpieza y las incrementará si fuera necesario.
Otra importante molestia que va a generar la construcción de la nueva Facultad es la de los ruidos. Para minimizarlos Moreno explica que la próxima semana se va a colocar ya una lona antiacústica de 75 metros cuadrados de superficie en la zona del hospital que linda con el tajo. «Somos perfectamente conscientes de que no es lo mismo realizar una obra junto a un hospital que en otro lugar. La intención es influir lo menos posible y tratar de reducir al máximo el trastorno que suponen», señala el vicerrector del campus de Bizkaia. El hospital de Basurto, por su parte, facilitará tapones al personal y a los pacientes que lo soliciten.
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