«Tenemos que hacerlo bien porque el problema es de todos»

El presidente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia (AHB) se muestra satisfecho con la resolución judicial. «Aunque realmente no hemos ganado a nadie porque esto no es ningún pulso. ¿Nuestro verdadero éxito? Que podemos seguir trabajando», subraya. Porque han sido «más de 100 días cerrados, y eso no hay economía que lo soporte». Para García, los tribunales han apoyado su recurso porque la realidad les avala. «Si la culpa fuese nuestra, estaríamos muertos la mayoría de los hosteleros, que estamos en contacto continuo con gente». Pero recuerda que el grado de contagio entre los profesionales del sector «apenas es el 2,2%». «Eso sí, tenemos que hacerlo bien, como es lógico, porque el problema es de todos»

«La gente está muy contenta, ¡ya era hora de que algo nos saliera bien!», afirma Ihintza Torres, portavoz de Bizkaiko Tabernariak. Según remarca, la situación sigue siendo «complicada» y cualquier noticia positiva es recibida con alborozo en un sector «muy tocado psicológicamente». Porque, insiste, la reapertura con restricciones ya «es sinónimo de que seguimos fastidiados, pero al menos sacamos para pagar deudas». Pero es que tampoco están seguros de que éstas sean las últimas, «y si al LABI se le ocurre algo más...». Asegura que vuelven al tajo más comprometidos que nunca en que se cumplan las medidas preventivas. «Pero la gente está muy estresada porque se hace duro ejercer todo el día de policía y necesitamos que colabore el cliente».

El Iruña reabre hoy sus puertas según garantiza su responsable, Gaizka Garmendia. «Quizá nos falten bollos, o género para los menús; a ver el compromiso de los proveedores, que tienen un verdadero papelón», asegura. Admite tener cierto sabor agridulce al ver bien la noticia, pero insuficiente. Porque «los bilbaínos no dan para todos los negocios hosteleros de Bilbao». Hay locales pequeños, «a los que si que les va a suponer la vida abrir como sea». Pero para otros «que vivimos más de la gente de fuera», el confinamiento municipal les puede hacer duro el día a día. Además, confiesa que «eso de enfrentarte a la institución que, a la postre, puede ayudarte a encontrar una salida; espero que no estemos haciéndonos trampas al solitario».

«Teníamos mucha esperanza en esta sentencia y ahora lo único que nos da miedo es saber si el Gobierno vasco va a obrar de buena fe o se cogerá una pataleta», subraya. En su opinión, puede «ordenar otras medidas que se ajusten más al estado de alarma: recortando aún más el horario o cerrando el interior de los locales». Martínez subraya que, «a estas alturas, la mayoría de la gente ya da por hecho que no somos el foco de la pandemia» La idea ahora es tratar de que las personas «sean más consecuentes porque en la hostelería algunos se relajan más». «La gente venía para estar a gusto y muchas veces nosotros tenemos miedo de incordiarles, pero seremos pesados y no pararemos hasta que se cumplan las normas».

«Hemos ganado una batalla no la guerra». Para el vicepresidente de la asociación de hosteleros de Getxo, Asier Mondragón, el fallo judicial deja claro que «hay veces que prima la cordura y se piensa con un poquito de raciocinio», en referencia a los jueces. En el otro bando sitúa a los políticos porque «han tomado las decisiones a la ligera, sin base científica. La hostelería ha cargado con el mochuelo». Esperaba el fallo con «nervios» y consciente de que «pesan mucho las restricciones, y no se puede más que con la gente del pueblo». Además, todavía cree que hay que andar con pies de plomo, «esperar a que se ratifique la sentencia, y a la reunión del LABI». En cualquier caso, está satisfecho porque «la lucha no ha sido en balde» y ahora toca «reclamar otras cosas. «Habrá que pedir indemnizaciones reales por los cierres. Será lo siguiente y más probable que hagamos».

Desde Ostalaritza Erresistentzia Basauri entienden que esta sentencia «nos da la razón, que no éramos culpables del aumento de contagios». Este ha sido su principal caballo de batalla porque, en su opinión, era «injusto ver cómo nosotros cerrábamos mientras grandes superficies superan el aforo sin tener medidas ni horarios tan restrictivos». Anuncian que abriremos de nuevo «para sobrevivir como podamos», al tiempo que llaman a la «calma de la sociedad para que los contagios sigan bajando».

José 'Tomates', de la Taberna Txanto, se muestra complacido con la medida después de tres semanas con la persiana a medio gas, preparando comida y café para llevar. «Enero ha sido un mes desastroso y las cuentas no salen», apunta mientras coge un nuevo pedido. Este hostelero reitera la reivindicación de que su actividad no está en el origen del aumento de contagios. «No somos un foco mayor que otros y en Durango, desde luego que yo sepa, no ha habido contagios que hayan salido de los bares», sostiene. Para José, abrir supondrá que muchos trabajadores obligados a comer en un pórtico o unas escaleras a la intemperie puedan hacerlo «con dignidad y seguridad».

Para los hosteleros de Busturialdea y Lea Artibai la sentencia ha supuesto «un alivio». «Nos ha cogido por sorpresa porque esperábamos ya al viernes a que se publicase la lista de municipios que salen de la zona roja», señalan las propietarias del 'Arribaltza' de Gernika. Y esperan «no volver atrás, que dentro de un mes no nos cierren de nuevo, por favor». «Cumplimos las medidas sanitarias y se ha demostrado que no somos los responsables del aumento de casos porque llevamos mes y medio cerrados y la situación, lejos de mejorar, ha ido a peor», apuntan varios negocios hosteleros en Bermeo que prefieren mantenerse en el anonimato, ya que llevan desde el pasado 31 de diciembre con la persiana bajada.

También han colaborado: Leire Pérez, Manuela Díaz, Mirari Artime, Sergio Llamas y Txema Izagirre.