Grandes pasos de cebra en plaza Euskadi para unir el Guggenheim y el Bellas Artes

- Este lunes entra en vigor la zona de bajas emisiones. ¿Confía en que lo haga de un modo menos accidentado de lo que fue el estreno de la nueva OTA o el control de accesos en el Casco Viejo?

- Es algo que llevamos trabajando mucho tiempo y creo que es importante convencer a la gente de que es un proyecto que nos va a mejorar la vida y la salud. Lo que estamos haciendo es dar información, con una oficina abierta al público, yendo paso a paso.

- ¿Los tres meses sin multas forman parte de eso?

- Queremos actuar de manera pedagógica, de tal manera que aquel que infrinja durante estos tres meses reciba la correspondiente notificación, pero no va a tener una sanción. Es decir, que sepa que no lo puede hacer y que sepa que hay control.

- Está aún pendiente si se cierra o no la Gran Vía entre la plaza Circular y Urquijo (pretensión del Área de Movilidad que paralizó el alcalde).

- En estos momentos está en revisión el PMUS, el Plan de Movilidad Urbana Sostenible, y si entra ahí se estudiará como una medida más. En su momento veíamos alguna dificultad. En caso de hacerlo, debería ser no con aquello que se llamaba urbanismo táctico (no hacer obra, sino únicamente pintar el asfalto y poner maceteros) sino propiciando que los peatones ganen ese espacio de verdad. En el planteamiento inicial no había beneficio para los peatones, y a mí era lo que menos me gustaba, porque se impedía la circulación de coches, se pintaban unas zonas, pero no había un mayor espacio para la gente.

- ¿Y la rotonda del Bellas Artes? ¿Al final no se integrará en el parque de Doña Casilda?

- No, se desestima la unión de la rotonda con el museo porque la fluidez del tráfico en esa zona, que prácticamente es una entrada a la ciudad, se vería muy dificultada. Lo que queremos es que el acceso a la plaza desde Mazarredo sea mucho más fácil para los peatones, igual que su continuidad al Bellas Artes. Para ello haremos grandes pasos de cebra. Y para que ese corredor tenga continuidad deberá haber pequeñas reformas en la plaza; ya estamos hablando con el equipo de Diana Balmori, la arquitecta que hizo el diseño. Se trata de que la comunicación entre el Guggenheim y el Bellas Artes sea más fluida y de que la plaza que está dentro de la rotonda tenga más uso.