El Gobierno vasco paraliza una senda que serviría de acceso al Guggenheim Urdaibai

El plan, que serviría para dotar de un acceso para viandantes al centro cultural, lleva tres años atascado en los despachos. Primero por el rechazo de la Diputación, que alegó que la iniciativa podía tener un impacto notable en este entorno privilegiado y protegido. De hecho, el plan se ha dividido en dos fases, estando la segunda aún en proceso de discusión. Ahora, cuando parecía que al fin hay vía libre para el primer segmento del paseo (el que discurre entre la tejera de Murueta y el corte de la ría de Gernika), la Administración autonómica se ha encontrado con este problema imprevisto que amenaza con demorar aún más la actuación.

En este contexto, el Gobierno vasco tiene, además, otro contratiempo y es que, de no reactivar el proyecto en un periodo razonable de tiempo, se arriesga a perder una subvención europea, concedida a través de los fondos Next Generation, que preveía financiar el 100% de los 1,5 millones presupuestados. Según lo estipulado en las ayudas de la UE, el proyecto tiene que estar obligatoriamente terminado para el cuarto trimestre de 2025.

Pero, ¿por qué motivo concreto se ha dejado sobre la mesa la adjudicación de las obras, cuando había dos empresas candidatas (Gaimaz Infraestructuras y Servicios, y Estudios y Obras Rekalde) que habían presentado ya sus ofertas? En la resolución oficial a la que ha tenido acceso este diario se señala que, cuando ya estaba lanzado el concurso, la consejería «tiene conocimiento de que el Ministerio, dentro del procedimiento de concesión de ocupación de dominio público, amplía el plazo de alegaciones al expediente». Y este cambio «puede condicionar el buen desarrollo del proyecto» y afectar «al interés público».

Fuentes del Departamento de Sostenibilidad relacionan esta situación con los periodos de ocupación de la marisma para ejecutar las obras que podrían afectar a la fase de reproducción del visón europeo, especie protegida. Y que, de seguir adelante con el concurso, se podría incurrir en un problema de «inseguridad jurídica», ya que habría una modificación de plazos en el desarrollo del tajo (fijado inicialmente en 18 semanas). Otras fuentes apuntan también a que ha habido movimientos entre las personas que utilizaban desde hace décadas una serie de terrenos que se van ahora a inundar. Estos agentes habrían comunicado a Costas que se plantean judicializar el caso.

El plan para construir un paseo en voladizo de 370 metros sobre la marisma (como si fuera un palafito) prevé la ruptura de la muna o muro que ayuda a contener las aguas. Con la eliminación de este elemento, el humedal ganará terreno pero se pondrá fin a la utilización con fines agrícolas y ganaderos de una serie de parcelas que fueron ganadas durante el siglo pasado al mar.