Las obras del TAV en Bilbao arrancarán el próximo año y durarán una década
Fomento blinda el macroproyecto de cualquier vaivén político al aprobar el estudio informativo que garantiza su desarrollo
JOSU GARCÍA | octavio igea
Martes, 26 de marzo 2019
Las obras para reformar la estación de Abando y adaptarla a la llegada del Tren de Alta Velocidad (TAV) acaban de dar un paso ... adelante definitivo. Tras varios años de tiras y aflojas, el Ministerio de Fomento aprobó ayer el estudio informativo del proyecto. Un paso que supone blindar su desarrollo de los vaivenes electorales que puedan registrarse en Madrid durante los próximos meses. Las labores quedan ahora exclusivamente en manos de los ingenieros que darán forma definitiva a un trabajo al que ya se puede poner plazos bastante concretos -y largos-. Si se cumplen los previstos por las instituciones, la nueva terminal y su entorno empezarán a transformarse a finales de 2020 y quedarán culminados en unos diez años.
Aunque aún debe finiquitarse el periodo de alegaciones y redactar el proyecto constructivo final, la imagen de la nueva Abando no diferirá de los bocetos que presentaron hace ya un año los gobiernos central y vasco y el Ayuntamiento de Bilbao, que han pactado hasta el último centímetro a desarrollar. La estación tendrá dos plantas subterráneas -la primera para los trenes de Cercanías y la segunda para el TAV-, trece dársenas para Bizkaibus, un aparcamiento para vehículos con 550 plazas y conexión con el metro. Todo bajo el bulevar que nacerá en los 90.000 metros cuadrados que van a liberarse al desaparecer la playa de vías. Del actual edificio solo sobrevivirá la histórica vidriera y la cubierta.
La obra supondrá una espectacular transformación para el centro de Bilbao y tendrá dos fases. La primera se prolongará hasta 2023 y culminará cuando la nueva terminal subterránea sea ya operativa. Luego tocará 'tapar' la estación y crear encima una trama urbana en la que se incluirá, entre otros, un parque, espacios públicos y un millar de viviendas. Las labores se pueden alargar otros siete años, según el cronograma que manejan Fomento y el Gobierno vasco.
Además de sentar las bases definitivas de la obra, el estudio informativo al que ha dado luz verde el Gobierno central pone precio al proyecto. La reforma de Abando costará 767,1 millones de euros. Se convertirá en la estación ferroviaria más cara que se ha levantado nunca en España, aunque el coste tiene 'truco': incluye la ejecución de un túnel de más de seis kilómetros que llevará el TAV desde Bilbao a Basauri por Irala, Miribilla y el monte Malmasin para conectarlo con el trazado de la 'Y' vasca.
Alivio en el Gobierno vasco
La decisión de Fomento, anunciada a través del Boletín Oficial del Estado en plena precampaña, fue aplaudida ayer por el Gobierno vasco, que llevaba varios meses advirtiendo de que los retrasos que acumulaba el proyecto de Abando amenazaban la fecha de inauguración de la 'Y' vasca. Lakua pactó con el anterior Ejecutivo de Rajoy que el estudio informativo estaría listo a mediados del pasado año, pero el relevo en La Moncloa, y el parón que supuso en todos los ministerios, hizo saltar todas las alarmas. Los socialistas se comprometieron a finiquitar el estudio en marzo y han cumplido. En Madrid y Vitoria siguen creyendo que el TAV funcionará en 2023, aunque fuentes extraoficiales lo consideran ya «imposible» debido al volumen de trabajos que queda aún pendiente.
Se recupera el modelo 'Ría 2000' para la financiación
La financiación del macroproyecto de la estación de Abando era una de las grandes incógnitas que quedaba por desvelar, pero las instituciones empiezan ya a tener claro cómo afrontar la cuantiosa inversión necesaria. Será con un modelo de dulce recuerdo en la capital vizcaína, el de Bilbao Ría 2000. Los gobiernos central y vasco y el Ayuntamiento han pactado la creación de una nueva sociedad pública para gestionar todo el proyecto. Según lo acordado recientemente, el Ministerio de Fomento asumirá la mitad del coste de las obras y el otro 50% se lo repartirán las administraciones vascas. Las fuentes consultadas no dan por descartada aún la participación en el proyecto de la Diputación pese a que siempre ha marcado distancias respecto a los trabajos que requiere la llegada del TAV.
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