El Ayuntamiento de Bilbao evita presionar a Salud para que la cirugía cardiaca se quede en Basurto
Aburto se limita a pedir a Osakidetza que el hospital sea un «referente asistencial», mientras EH Bildu y PP le instaban a solicitar que el servicio se mantenga en Bilbao
No es la primera vez que sucede. Los grupos municipales de EH Bildu y PP habían introducido en la mañana de este jueves sendas mociones para que el Pleno del Ayuntamiento de Bilbao se pronunciase y pidiese a Osakidetza el mantenimiento del servicio de cirugía cardiaca en el hospital de Basurto. Durante el debate, que se ha realizado unificando ambos puntos del orden del día, la formación abertzale solicitaba que el Departamento vasco de Salud reconsiderara su postura a la vista de la decisión judicial que ha paralizado su traslado al hospital de Cruces, mientras que el PP pedía que el Ejecutivo desistiera definitivamente tras el auto que afirma que «se pone en riesgo la salud de los pacientes». El Gobierno municipal, por su parte, ha enmendado ambas propuestas, pidiendo al Departamento de Salud que mantenga al centro bilbaíno como «referente asistencial» para la ciudadanía, con los recursos humanos y las infraestructuras que ello requiera, así como para que la formación y la investigación puedan desarrollarse adecuadamente como corresponde a un hospital universitario.
Como cada vez que el equipo de Gobierno enmienda un punto, solo se ha votado su propuesta, refrendada por el PNV y el PSE y con el voto en contra del resto de partidos de la oposición. Para finalizar el debate, el alcalde, Juan Mari Aburto, ha señalado que su intención es que los «bilbaínos tengan a su disposición el mejor servicio de cirugía cardiaca, el que tenga que ser en base a criterios exclusivamente científicos, y el que mejor les atienda en circunstancias de gravedad». El regidor ha insistido también en su defensa «a ultranza de la sanidad pública como servicio imprescindible, que haga más real cada día la igualdad entre la ciudadanía y que sea de excelencia». Por eso ha pedido a Osakidetza que «se facilite que el hospital de Basurto sea de referencia, que se mantenga como ese hospital integral, y que facilite la formación y la investigación».
Previamente, Yolanda Díez, líder del grupo socialista, ha puntualizado que la intención de Osakidetza no es eliminar la atención cardiológica, sino trasladar a Cruces las intervenciones. Y ha defendido que hay que respetar la planificación de otras instituciones, que no es un asunto de competencia municipal y que responde a «criterios médicos», ya que las sociedades científicas coinciden en que las tasas de supervivencia son mayores a mayor número de intervenciones que se realizan. «Aunque queramos lo mejor para Basurto, hay que elevar la mirada y sumar las fuerzas de los dos hospitales, y los expertos apuntan que la unificación redunda en beneficio de la ciudadanía. Hay que anteponer los intereses sanitarios a los políticos y pensar en personas y no en territorios», ha asegurado.
Por su parte, el concejal jeltzale Gonzalo Olabarria ha expuesto que Salud construirá un nuevo edificio de consultas externas en Basurto -que se mantendrá como hospital universitario puntero con la nueva facultad- y que ya se hará un esfuerzo para mejorar la atención, ya que el presupuesto en sanidad por cada vasco superará en 2023 los 2.000 euros. Sobre el fondo del asunto, ha apuntado, «hay debate científico» y ha asegurado que un profesional de Cruces se ha mostrado abiertamente a favor del traslado.
Seguidismo de Sagardui
Por contra, la portavoz de EH Bildu, Jone Goirizelaia, ha recordado que 36 de los 38 profesionales del servicio en Basurto se han manifestado reiteradamente en contra del traslado del servicio de cardiología y han advertido que habrá ciertos tratamientos que no se podrán realizar. «La sombra de Sagardui es alargada y planea por este Ayuntamiento», ha lanzado. «Osakidetza tiene auditorías en el hospital de Basurto y resulta que este servicio tiene un índice mejor que el de Cruces», ha recordado, al tiempo que ha alertado de que el traslado provocará que las listas de espera para ser intervenido se alarguen.
Desde las filas del PP, Raquel González ha acusado al Gobierno municipal de «hacer seguidismo a la consejera» y ha denunciado que los dos partidos que componen el Ejecutivo municipal no tienen, a su juicio, «interés ninguno en este asunto». «Se denuncia riesgo de muerte, hay concentraciones, cartas, una sentencia, y la consejera sigue adelante, va contra todos y a lo mejor no están todos equivocados». Desde Elkarrekin Podemos, Ana Viñals ha asegurado que el sentir mayoritario de los trabajadores de la unidad es que el traslado será nefasto y que se está desmantelando el hospital. «Es patético que se pretenda hacer referente un hospital del que ya han desmantelado la cirugía torácica, la oncología pediátrica y el laboratorio de genética». Viñals también ha acusado al equipo de Gobierno de «querer hacer un ejercicio de escapismo político, defender la sanidad sin decir cómo hacerlo, sin mojarse y sin criticar esta decisión del Departamento con una enmienda que no tiene sentido».