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maría rego
Miércoles, 4 de noviembre 2015, 02:16
Las mujeres se dividían entre faldas lápiz o con vuelo, pero no había opción de hacerse a golpe de 'clic' con ninguna de ellas. Sus ... pies caminaban sobre comodísimos tacones bajos, pero no podían fotografiar con su teléfono ese par que acababan de ver en un escaparate. Las rebecas de punto remataban con sencillez cualquier estilismo, pero sólo aquéllas que lucían las estrellas del cine o de la música aparecían en las revistas. La realidad de los años 50 tenía sus pros y sus contras para las amantes de la moda aunque hoy, móvil e internet en mano, resulta más que tentador regresar a los últimos años de aquella década. En esta tarea se encuentran numerosas firmas que, inspiradas por las elegantes actrices de series como la exitosa Velvet (Antena 3), dan esta temporada un toque híper femenino al armario.
Si sólo se quiere dar una pincelada de esta tendencia al estilismo basta con enrollarse un pañuelo al cuello y dejar el nudo en un lateral o ligeramente centrado, como lucía Audrey Hepburn en sus paseos en vespa en 'Vacaciones en Roma'. Este complemento, mejor en su versión corta, resulta ideal para estas semanas de transición hasta que se haga inevitable envolverse en una bufanda o atarse el último botón del abrigo. El dibujo y el tejido quedan a la elección de cada una. Una opción es decantarse por un modelo monocolor que se pueda combinar sin complicaciones con casi cualquier prenda y otra es buscar un estampado original que lo convierta en el auténtico protagonista del 'outfit' aunque, en este caso, obliga a llevar una blusa o un jersey sobrio para evitar mezclas peligrosas.
Los riesgos que la moda corría seis décadas atrás eran mínimos, como muestra la eterna rebeca, imaginable en todos los colores de la paleta, que se utilizaba entonces para rematar cualquier 'look'. La pieza continúa hoy en la lista de imprescindibles en realidad, nunca ha salido de ella aunque a menudo ocupe ese rinconcito de las tiendas reservado a los básicos que, pese a su tremenda versatilidad, bien podrían llamarse los sosos. Customizar esta atemporal chaqueta de punto no nos llevará mucho tiempo pues sólo hay que colocarle un broche o, en el caso de las más mañosas, cambiar sus botones por unos tipo joya o con formas diferentes, como lazos otro icono 'fashionista' de los cincuenta, en el pelo, a modo cinturón... o corazones.
Como Grace Kelly
La rebeca es, además, la compañera ideal de las dos faldas por excelencia de aquellos años y de la nueva temporada. A un lado, la sexy silueta lápiz. Al otro, el corte midi con vuelo que recuerda a divas de la época como Grace Kelly. La primera, más o menos ajustada al cuerpo, ofrece hoy versiones denim, en cuero (y polipiel), 'peplum' y hasta encaje, aunque la clásica negra se asoma como una apuesta segura, ya sea para ir a la oficina o salir a cenar. Y nada de acompañarla con una camisa blanca y pecar de aburrida porque esta prenda permite combinaciones impensables hace medio siglo con camisetas con mensaje, sudaderas, crop tops para las menos frioleras y hasta deportivas en los pies. La falda midi, ésa que cubre la rodilla o que se acerca incluso a la espinilla, es este otoño-invierno su contrincante sobre el asfalto en colores lisos o variados estampados. Exige un abrigo largo y un mínimo de tacón para no acortar la figura, pero los diseñadores se han esforzado en hacerla especialmente ponible, por ejemplo, con modelos plisados.
El mínimo de altura en el zapato nada de botines ni botas que casa con estas faldas no restará comodidad al 'outfit', pues las mujeres de los 50 eran fieles al 'kitten heel' o 'tacón gatito', que no sobrepasa los cuatro centímetros. De nuevo, la inmortal Audrey Hepburn es la referencia a seguir. La actriz de 'Desayuno con diamantes' era la embajadora de estos tacones en punta que numerosas zapaterías tienen hoy en sus escaparates en diferentes colores y, a veces, rematados con algún detalle para pisar con estilo 'fifties' también en el siglo XXI.
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