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María Rego
Miércoles, 21 de octubre 2015, 01:32
Sin mallas. Sin bebida isotónica en la mano. Sin gota de sudor en la cara. Las deportivas no necesitan ya de estos 'complementos' para vestir nuestros pies y hacernos correr detrás de ellas fuera del gimnasio. Basta con fijarse en quienes se cruzan por nuestro camino y comprobar que 'outfits' que antes se hubieran rematado con un tacón ahora lucen zapatillas. Son el (pen) último 'must'. Entraron en el armario hace un par de años con cierta timidez y combinaciones reducidas, pero hoy lo mismo se calzan con un par de vaqueros para ir a la oficina que acompañan a una falda para salir a cenar. La elección, y el riesgo a correr, queda en sus manos.
Sea cual sea el 'look' que se construya con este calzado hay que tener en cuenta siempre la gran carga deportiva que aportará. Y aunque el mismísimo Karl Lagerfeld colocara en 2014 unas zapatillas -en tweed o con perlas, eso sí- a las maniquíes que desfilaban con sus prendas de alta costura 'made in Chanel' y Dior firmara su propia versión con lentejuelas, no se imaginen la próxima Nochevieja con un mono de encaje y deportivas. Mejor sáquelas del zapatero para mezclarlas con un jersey 'oversize' reconvertido en vestido, un abrigo camel y unos vaqueros para los días más fríos, una perfecto negra con camisa blanca y pitillos -un trío ideal para casi cualquier ocasión- o unos pantalones efecto cuero si se quiere conseguir un punto rockero.
Y si el objetivo es customizar las zapatillas de una manera sencilla para no ser una más en esta nueva fiebre basta con cambiar de cordones. Ya sea de color o de tejido, por ejemplo, con lazos para hacerlas diferentes y especiales. La tendencia, mientras, marca que con deportivas se enseñe tobillo así que los pies piden calcetines cortos -en tonos que no chirríen- y, para evitar congelamientos en los próximos meses, se puede añadir una media transparente. Paula Echevarría, Kristen Stewart o Heidi Klum las llevan así aunque, en realidad, no existe ninguna norma escrita porque si para algo se creó este calzado fue para ganar en comodidad. Prueba de ello es Rihanna, embajadora de Puma, que pisa con ellas enfundada en un ajustado vestido dorado y también bajo un abrigo de piel.
Blancas y en incontables colores
La única regla a aplicar sin excusas es rebuscar en las tiendas hasta dar con el par perfecto. Los modelos son ahora mismo incontables y ni siquiera hay que acudir a los negocios especializados en ropa deportiva -aunque siempre es una opción- para encontrarlos porque las zapaterías multimarca los han incluido ya en sus estanterías. Junto a 'stilettos' y botas mosqueteras. Los diseños se pueden dividir en dos grandes grupos. En el primero se encuadran las zapatillas blancas, más minimalistas y sencillas de combinar, con modelos icónicos de Adidas como Stan Smith o Superstar como referentes. Triunfaron en los noventa y ahora vuelven a arrasar en su versión original, revisadas por casas como Louis Vuitton o Isabel Marant y adaptadas a todos los bolsillos en las tiendas 'low cost'.
La marca alemana también ha colado entre las últimas tendencias otro clásico, las Gazelle, en colores como negro, gris o azulón. Nike tampoco se ha quedado parada y ha vuelto a poner de moda las Air Max -en especial, en su versión en blanco y negro- que sobresalen sobre el resto por su perfil súper deportivo y como muestra, los numerosos 'runners' que las calzan en sus carreras. Una de las firmas que más adeptas ha ganado y que ha conquistado, entre ellas, a numerosas bloggers y 'celebrities' es New Balance. Y lo sabe, porque sus modelos se han multiplicado en colores en sólo dos años para responder a todos los gustos y estilos. Hasta Lagerfeld aprovechó este tirón y, a imagen y semejanza de la casa americana, creó una zapatilla donde sustituyó la reconocible 'N' por una 'K', su inicial, no sin problemas por supuesto plagio.
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