García Rivero volverá a levantarse el lunes para cambiar las baldosas defectuosas
Un fallo en la calidad del embaldosado obliga al Ayuntamiento a hacer obras de nuevo en la calle recién remodelada. Los nuevos trabajos durarán seis semanas
Con el arranque de septiembre regresan las obras a García Rivero para fastidio de los hosteleros y clientes de la calle, que se verán privados ... de terrazas en las últimas semanas del verano. Un defecto en las baldosas tipo Bilbao obliga a la empresa encargada de la obra -Altuna y Uria- a volver a levantar la vía y reemplazar el embaldosado.
Las tareas se prolongarán durante seis semanas, según han informado a los responsables de los locales de García Rivero; una calle que, pese a no ser muy larga, concentra un volumen importante de establecimientos dedicados a la hostelería. Y que, además, lleva meses soportando el ruido de las máquinas a cuenta de las obras de reforma.
Los técnicos municipales detectaron a mediados de julio defectos en las baldosas. Se rompían con facilidad y presentaban un color diferente al habitual. Al parecer, debido a una partida de losas que salió mal. Lo que provocó que la actuación urbanística no recibiera el visto bueno definitivo del Ayuntamiento, ya que «no cumple con los estándares exigidos», por lo que «hemos pedido levantar la totalidad de las baldosas y que se vuelva a pavimentar esta calle», explicaron entonces fuentes municipales.
La hora de arreglar la 'chapuza' ha llegado y, desde el lunes, García Rivero recuperará la imagen de una calle vallada, con el suelo levantado y la presencia de operarios. Los trabajos arrancarán en la esquina con Rodríguez Arias, en la parte donde se ubica el Bertiz, y se irán desarrollando por tramos. Sin embargo, «nos han dicho que tenemos que quitar las terrazas ya el lunes, independientemente de que empiecen por nuestra zona o no», señalaba ayer una empleada del local El huevo frito.
Un corredor comercial
Este tajo en García Rivero forma parte de la segunda fase de las obras de Rodríguez Arias, y no se descarta que haya defectos en otras partes de la actuación, aunque, por el momento, no se han detectado más. Los planes del Consistorio pasaban por esperar al mes de septiembre para reparar los errores del suelo, con el fin de «no interferir en la actividad de los locales hosteleros, que tienen autorizada la instalación de terrazas durante el mes de agosto».
Los hosteleros, tras conocer el planteamiento municipal para García Rivero, se reunieron con representantes del Consistorio para trasladar sus críticas y explorar una solución al problema. Los perjudicados propusieron retrasar las obras de embaldosamiento hasta febrero. Una opción que les permitiría salvar Aste Nagusia, el verano y el otoño y trasladar las labores a un momento del año en el que la clientela no demanda tanto las terrazas.
Sin embargo, el Ayuntamiento rechazó esta propuesta y puso sobre la mesa dos únicas alternativas: comenzar los trabajos en el mismo mes de julio -días después de detectar los errores en la calidad de las baldosas- o esperar a septiembre. Finalmente, se adoptó esta segunda opción.
Los hosteleros, por su parte, realizaron una votación no vinculante para conocer cuál era la alternativa más popular. Con tan solo un voto de diferencia, ganó la opción de hacer las obras del tirón, es decir, de haberlas arrancado en julio, aunque quienes preferían esperar a septiembre alegaron que «habría sido difícil llegar a fiestas».
Con todo, los responsables del área de Obras expresaron que tienen conciencia «de las molestias que esto puede suponer y pedimos disculpas de antemano a la ciudadanía por ello. Pero debe quedar claro que nuestro compromiso es firme: actuar con responsabilidad, garantizando unos acabados a la altura de Bilbao en las obras públicas que impulsamos desde el Ayuntamiento».
Esta obra arrancó en agosto del pasado año con un plazo de ejecución de ocho meses, y es la segunda fase que pretende potenciar Rodríguez Arias y las vías próximas como corredor comercial. En concreto, ahora se ha actuado en el tramo entre Alameda Recalde y Elcano, y también en las calles Telesforo Aranzadi, García Rivero y Máximo Aguirre. El presupuesto es de casi cuatro millones de euros.
«Vamos a notar una caída de clientes al quitar las terrazas»
El enfado inicial de los hosteleros tras conocer los planes municipales de volver a levantar la calle se ha tornado en resignación y «lo único que esperamos es que terminen cuanto antes», apuntaban ayer en el restaurante Mio. Sin embargo, no ocultan que las labores previas y las que vendrán supondrán «pérdidas importantes, porque hay mucho turismo en estas fechas y vamos a notar cómo cae la clientela al no tener terrazas», asumían en el Okela. Esta situación, que describen en este último local como «un lío que no está siendo fácil llevar», se prolongará, previsiblemente hasta principios o mediados de octubre. «Esperemos que no haya ningún retraso más», sostienen los hosteleros.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión