Los futuros socorristas de las playas de Bizkaia se ponen a prueba en Plentzia

Junto a ella, alrededor de cien participantes se han puesto a prueba en Plentzia para vigilar las playas de Bizkaia y velar por la seguridad de los vizcaínos. La lluvia y el viento han azotado fuerte, pero no han sido impedimento para llevar a cabo el examen físico con éxito. Todos ellos han tenido que completar una distancia de 800 metros corriendo por la arena para justo después meterse en el agua y nadar durante 600 metros.

La estampa ha estado marcada por las ganas de los jóvenes que, después de muchas horas de entrenamiento, están más cerca de conseguir su objetivo. «Un buen socorrista tiene que tener una buena forma física y unos conocimientos sanitarios que nos encargaremos de transmitir una vez que estén seleccionados. Durante el mes de mayo les vamos a formar en primeros auxilios, socorrismo acuático, tácticas operativas, funcionamiento de las playas de Bizkaia con la presencia de las diferentes agencias de emergencia, de salud... Aquí tenemos la suerte de que prácticamente todos los arenales están vigilados, excepto alguna cala. Eso sí, es importante transmitir a la gente de que se bañe en horario de vigilancia», aclara Koldo Larrazabal, coordinador de los socorristas de las playas de Bizkaia.

Para poder presentarse a las pruebas, los participantes tienen que tener más de 18 años, y no hay tope de edad. «Hemos tenido hasta gente de 45 años. A partir de ahí se van retirando». Los ejercicios realizados forman parte de las pruebas físicas que tienen que superar para ser parte de los equipos de socorrismo en los arenales.

Después del examen físico, por la tarde los aspirantes tendrán que hacer una prueba teórica en las oficinas de la Cruz Roja de Bilbao. A partir de ahí comenzarán las entrevistas personales para seleccionar los perfiles idóneos, que finalmente serán los responsables de velar por la seguridad de los vizcaínos que acudan a los arenales.

«Esta es la prueba para que los socorristas estén en la bolsa. Algunos van a entrar directamente a trabajar, porque hemos tenido bajas de los que han estado durante la temporada anterior. Hay aproximadamente 40 puestos y trabajan casi un total de 200 personas en el servicio», explica Larrazabal.

Los aspirantes han tenido que enfrentarse a las pruebas con viento, lluvia y frío. «Un día como hoy sería de bandera amarilla, hay que estar fuertes para poder hacerlo. Es gente deportista y nadie se ha echado para atrás», asegura. Minutos antes de iniciar el recorrido, los participantes han hecho cola para recoger su dorsal y después se han puesto a calentar. Muchos de ellos han sentido el arropo de familiares, amigos e incluso de sus mascotas, que han estado en primera fila peleándose con el viento y sus paraguas con el fin de dar ánimos a los suyos. «Este verano, después de tener varios problemas de lesiones, me he dado cuenta de que me llamaba ser socorrista para ayudar a los demás. He estado estos meses trabajando para poder llegar», cuenta Ekaitz Vadillo, de Balmaseda.

«Es la segunda vez que me presento. A la aventura. El tiempo no ha sido muy favorable este año, pero, a la vez, nos da esa chispilla a la hora de nadar y de correr. Este año me he metido en el equipo de Sopelana a entrenar», explicaba Naroa Garaizar. Los aspirantes han terminado el recorrido con éxito -y con la lengua fuera después de todo el esfuerzo-, pero con la satisfacción de que les queda un paso menos para cumplir su objetivo: vigilar las playas de Bizkaia.