El 'funi' estrena taller mecánico propio
El mantenimiento de los vagones se realizaba hasta ahora en la propia vía mediante gatos hidráulicos y tacos de madera
pello zupiria
Jueves, 16 de julio 2020, 01:02
El de ayer fue un día histórico en la vida contemporánea del funicular de Artxanda. Uno de los más importantes, sin duda, desde la reconstrucción ... íntegra de las instalaciones, tanto de las vías como de los vagones y estaciones, en 1983. A partir de ahora, el teleférico cuenta con un taller mecánico propio para la realización de labores de mantenimiento y reparaciones de las unidades. La construcción de este hangar, que comenzó hace dos años y ha costado 600.000 euros, supone un salto cualitativo enorme para el cuidado de un transporte público que ha cobrado una gran importancia para el Ayuntamiento en los últimos años.
Con este nuevo taller, el sistema para la realización de los trabajos de mantenimiento de los vagones cambia de forma radical. Por un lado, gana en seguridad. Hasta ahora, todas las reparaciones se realizaban en la propia vía. La mayoría de las veces de noche, los empleados elevaban las unidades mediante gatos hidráulicos e iban colocando tacos de madera uno a uno hasta alcanzar la altura necesaria, para luego meterse en el estrecho espacio entre el teleférico y los raíles. El mecanismo actual, dotado de una grúa de grandes dimensiones, posibilita sacar los trenes del camino y meterlos en el hangar.
Por otro lado, gana en eficiencia. Una vez en el garaje, los vagones se levantan con puentes elevadores, exactamente igual que un vehículo en un taller de coches. Ese cambio posibilita que los trabajadores hagan cambios de piezas de los dos lados al mismo tiempo, mientras que antes, tenían que hacerlo por partes. «En el mismo tiempo podremos hacer el doble de trabajo. Eso nos ayudará a replantear y pensar más tranquilamente en los aspectos a mejorar», explicó Ander López, subdirector del funicular de Artxanda, en la primera prueba del funcionamiento practicada ayer.
El nuevo sistema permite sacar el vagón de la vía, lo que mejora las condiciones laborales
seguridad
Único en el mundo
La expectación era máxima a las 11.00 horas en el nuevo hangar, situado a la altura de la Pinza de Uribarri. Decenas de técnicos se empeñaban en amarrar la grúa con el vagón, de unas 11 toneladas, por todos los lados posibles ante la atenta mirada de varios vecinos curiosos. Un nerviosismo intenso se hizo con los allí presentes cuando el mecanismo comenzó a elevar el teleférico. «He tenido pesadillas con este día», comentaba López, inquieto, al concejal de Movilidad y Sostenibilidad, Alfonso Gil, que no quiso perderse este hito «por nada en el mundo». «Esto es historia», repetía el edil.
A pesar de la complejidad de la operación, los responsables tenían todo medido al milímetro y la puesta en escena del nuevo sistema fue un éxito. Poco tardó la alegría en dominar el mal rato que se pasó. «Con esta infraestructura damos un nuevo paso para mejorar las instalaciones, porque si las descuidas, te la juegas. Hemos mejorado considerablemente las condiciones de trabajo y el impacto entre los ciudadanos», detalló Gil.
Entre los asistentes se encontraba Christian Seltsam, el ingeniero austríaco encargado del diseño del funicular en el año 1983. Las autoridades del Consistorio requirieron su presencia en la prueba de fuego por su «amplía experiencia». Su labor era cuidar los pequeños detalles que podrían hacer fracasar el operativo. En estos 37 años, el experto ha seguido de cerca la andadura del teleférico bilbaíno y asegura que es «único en el mundo». «No conozco otro igual. Aquí los técnicos son de la misma empresa y se involucran mucho para mantenerlo en buen estado», zanjó el experto.
La cifra
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600.000 euros ha invertido el Consistorio en la construcción del hangar y la grúa.
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