La Fiscalía estrenará la sede en Henao en diciembre tras siete años de obras
El proyecto, anunciado en 2014, acumula un retraso de dos años y un sobrecoste superior a los 4 millones de euros
El 1 de diciembre, la Fiscalía Provincial de Bizkaia estrenará nueva sede en la antigua Cámara de la Propiedad, en la calle Henao. Lo hará ... siete años después de comenzar las obras de rehabilitación y ampliación del que fuera el primer palacete del Ensanche bilbaíno, y con dos de retraso sobre las previsiones. Y es que este proyecto, que dotará de unas instalaciones más adecuadas a los profesionales del Ministerio Fiscal, que llevan años reclamando más espacio para trabajar, no ha estado exento de contratiempos.
Arrastra, para empezar, un sobrecoste superior a los 4 millones de euros en las obras estructurales, que fueron adjudicadas a Construcciones Adolfo Sobrino en 2017 por 7,2 millones de euros y han ascendido a 11,3, sufragados por el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales. En total, con la adecuación del interior y el mobiliario, el desembolso ascenderá a casi 13 millones.
Según explica el responsable de obras de la consejería, en el resultado, tanto económico como de plazos, han influido varios factores: desde que empezaron más tarde de lo pretendido porque había obras en la calle Ercilla hasta «el encarecimiento de los materiales» por la guerra en Ucrania y «la huelga del transporte», que dejó contenedores «retenidos en el puerto de Shangai»...
65 profesionales
se trasladarán a la nueva sede, que tiene capacidad para 85 puestos de trabajo.
También tuvieron que redefinir parte del proyecto en dos ocasiones, una porque los vecinos de uno de los portales se negaron a que se anclaran los muros de los sótanos a su edificio y los arquitectos tuvieron que buscar otra solución. De hecho, los residentes emprendieron una cruzada judicial contra el ruido que generaban las obras, e incluso compraron medidores que reflejaban niveles sonoros muy superiores a los recomendables.
Y la segunda ocasión en la que se redibujó la distribución interior llegó de la mano de la propia Fiscalía. Se adaptó el plan inicial para que solo se trasladara al inmueble el personal de oficina y no los fiscales, aunque después se volvió al boceto original y, finalmente, se mudarán los 65 profesionales que trabajan en todas las especialidades del Ministerio Fiscal, salvo de los de menores. Estos continuarán en el palacio de Barroeta Aldamar, porque tienen más cerca el servicio psicosocial y los juzgados específicos para quienes no tienen los 18. Además, los menores tienen que entrar por un garaje y en el palacete no hay porque el espacio «es muy reducido».
Los primeros en trasladarse serán los trabajadores que están en la segunda planta de Jardines de Albia. Tienen como fecha límite hasta el 1 de diciembre porque ese espacio que ocupan ahora se convertirá, antes de que finalice el año, en un juzgado de instrucción. En el caso de quienes trabajan en la quinta planta del palacio de Buenos Aires, si bien no hay tanta prisa, la idea es que también se cambien en cuanto sea posible.
La nueva sede tendrá capacidad para acoger hasta a 85 profesionales, en previsión de que las necesidades crezcan en los próximos años. Aunque «es un edificio pequeñito», señala Patxi Corcuera, del estudio de arquitectura CooperaCtvia, encargados del proyecto y de la dirección de obra, se ha planteado para que «sea lo más flexible posible». El interior es «diáfano y luminoso», y las mamparas, los suelos y los techos, además de estar formados por «materiales» cuyo mantenimiento es «mínimo y sencillo», se «pueden cambiar» para adaptarse a las necesidades que vayan surgiendo.
El doble de metros cuadrados
De las obras de adecuación interior, que se adjudicaron por 950.430 euros, se encarga Construcciones Castellano, que las está ultimando, y queda la instalación de los puestos de trabajo y el mobiliario (685.087 euros). El edificio, del año 1879, disponía antes de su rehabilitación de 2.406 metros cuadrados distribuidos en un semisótano, planta baja y cinco pisos. En la actualidad, cuenta con casi 5.000, ya que se han añadido, por arriba, una planta bajocubierta y, por abajo, otros cuatro sótanos, en su mayor parte destinados a archivo.
Aunque esta no es la primera transformación que sufre el palacete. En 1944 se levantaron cuatro plantas para alojar a los trabajadores de la Cámara Urbana de la Propiedad. Y después albergó oficinas del Gobierno vasco. El que fuera delegado de Vivienda durante la época de Javier Madrazo como consejero, Txema Gonzalo, fue de hecho condenado a cuatro años de prisión por irregularidades cometidas entre febrero de 2006 y septiembre de 2009, cuando era responsable del proceso de liquidación de la Cámara de la Propiedad Urbana.
Se gastó, según la sentencia, 1,8 millones de euros en «amueblar» y «rehabilitar» un edificio que iba a quedar vacío y para el que no había aún un proyecto de futuro. En 2014, al no recibir ofertas interesantes, el Ejecutivo autonómico anunció que se convertiría en la sede de la Fiscalía.
Escaneado en 3D para reproducir las molduras y reubicación de la puerta original
Si algo estaba claro antes de que arrancaran las obras de la nueva sede de la Fiscalía eso era que no se podía tirar y empezar de cero. El palacete que hace esquina en las calles Henao y Ercilla es un edificio protegido, lo que ha obligado a mantener algunos de sus elementos originales, como la fachada. Y también a excavar con sumo cuidado las cinco plantas subterráneas, trabajos condicionados además porque está alzado en una parcela de reducidas dimensiones y rodeada de bloques de viviendas. Uno de los arquitectos responsables del proyecto, Patxi Corcuera, señala a los sótanos como «uno de los principales retos» de la reconstrucción. «Un perito externo tuvo que pasar por todas las edificaciones colindantes para comprobar su estado y excavar con mucha paciencia», expone. Mantener el zócalo original de la fachada era otra de las prioridades, por lo que escaneó en 3D todo el exterior del edificio y se dibujaron todos los elementos de ornamento arquitectónico para reproducirlos. Y es que, si bien las dos primeras plantas, levantadas en 1879, se han respetado porque «era una buena construcción», los cuatro pisos superiores, habilitados en 1944, los derribaron por su débil estructura. Para ello, tuvieron que solicitar autorización a la comisión de Patrimonio del Ayuntamiento de Bilbao. También se han conservado las cuatro columnas del antiguo portal, trasladadas a la terraza superior, y la puerta original de 1904 que, si bien por razones de accesibilidad no se puede utilizar como entrada al edificio, se ha «puesto en valor» en un lugar preferente, el hall de acceso público.
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