Los feriantes piden «por caridad» que les tengan en cuenta

Domínguez no entiende bien los criterios en los que se basa la negativa a que se instalen en la ciudad unas atracciones que sí han funcionado «en la Feria de Abril en Sevilla, en la de Jerez, en las de Levante... Van a poder instalarse en las de Logroño, en Vitoria...». Él reivindica que son lugares seguros. Primero, porque se puede cerrar el recinto festivo con un vallado de dos metros y controlar los accesos para limitar aforos. Segundo, porque las propias atracciones tienen protocolos de seguridad, con un máximo de usuarios, distancias, geles y pulverización de desinfectante tras cada viaje. «No he visto ningún autobús ni ningún metro donde hagan todo eso», defiende.

Como autorizar las barracas «es competencia municipal», están tratando de que la Federación Vasca de Municipios, Eudel, les atienda. «Vamos a pedir este año que, por caridad, al menos vean los vídeos que tenemos para demostrar que nuestra actividad es segura. Solo pedimos que nos escuchen», imploran. Más de 200 familias vizcaínas viven de estos negocios, que llevan más de un año de ayuno casi total.