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Jiaqi, a la izquierda, con su compañera Pei Hsuan Tsai en el Instituto Chino de Bilbao. Mireya López

¡Feliz año nuevo! Los chinos de Bizkaia dan la bienvenida al Dragón de Madera

Celebración. ·

La comunidad del país asiático celebra el cambio de año entre rituales de buena suerte y añoranzas de los que están lejos

Sábado, 10 de febrero 2024, 01:08

Antes de nada, ¡Xinnián Kuaile!, que es lo que deberíamos decirles hoy a nuestros vecinos chinos. El país asiático y todos sus hijos repartidos por ... el mundo dan la bienvenida al nuevo año, el del Dragón de Madera, que viene a relevar al Conejo de Agua. La festividad marca el inicio del 'chunyun', la migración anual más grande del mundo, pero, más allá de ese desplazamiento físico de millones de personas, está lo que podríamos llamar la 'migración mental': los chinos de Bizkaia, como todos sus compatriotas de la diáspora, combinan estos días celebración y nostalgia y suelen cuidar primorosamente esos rituales que los mantienen apegados a sus raíces. Dos profesoras del Instituto Chino de Bilbao nos cuentan cómo celebran el año nuevo.

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En realidad, los preparativos empezaron hace al menos una semana, porque había muchas cosas que hacer. «En mi casa se han encargado sobre todo mis padres, que decoraron la casa colocando coplas de primavera, y también hemos hecho la limpieza», sonríe Jiaqi Lin, procedente de la provincia de Fujian. Tanto las composiciones poéticas como el zafarrancho a fondo son dos rituales típicos de estas fechas, vinculados al simbolismo del renacer periódico, del paso de lo viejo a lo nuevo. «Y, por supuesto, hay que tener preparados los sobres rojos para los niños», añade la taiwanesa Sue Chen, aludiendo a la costumbre ineludible de regalar dinero en envoltorios de ese color. Otras prácticas tradicionales consisten en estrenar ropa, llenar un bol de arroz y colocar siete monedas en su interior o depositar ofrendas para el dios de la cocina, que nos ha estado observando todo el año y conoce bien nuestras miserias domésticas.

Esta semana, ese dios ha tenido aún más tarea que de costumbre, porque en China, como en todas partes, la comida es el corazón de la fiesta. Anoche se celebró la Nochevieja, conocida como la Cena de la Reunión Familiar. «Algunos platos tradicionales son imprescindibles, porque simbolizan la buena suerte para todo el año, aunque varían según el lugar: dumplings, pasta de arroz frito, pescado... Tras la cena, se regala el dinero, y después se sigue la costumbre de ver juntos la famosa gala del Festival de la Primavera», desarrolla Jiaqi. Se trata, cómo no, del programa de televisión con mayor audiencia del mundo. ¿Y hoy, primer día del año, qué toca? «Vamos en familia a visitar a otros parientes más lejanos, y también hacemos videollamadas con quienes están en China».

Demasiado lenta

Cada año chino se adscribe a uno de los doce animales de su zodiaco tradicional, que a su vez se ven matizados por un ciclo de cinco elementos: así, el anterior año del Dragón fue 2012, pero hay que remontarse hasta 1964 para encontrar otro Dragón de Madera. Dice la astrología china que esta combinación implica fuerza e innovación. ¿Qué opinan nuestras profesoras? «El dragón siempre se ha considerado una criatura benévola que trae protección y fortuna. Para mí, podría significar que este año puede ser más próspero», analiza Jiaqi, mientras que Sue parece más escéptica: «Yo no le atribuyo mucha relevancia. El dragón es el dragón, da igual si es de madera o de oro», se ríe.

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Lo que sí comparten las profesoras son las inevitables añoranzas del emigrante. Estos días echan de menos el ambiente de su patria, pero, sobre todo, les faltan seres queridos que siguen allí. «Yo me acuerdo mucho de los platos de mi madre, aunque, cada vez que iba a ayudarle en la cocina, me echaba porque decía que soy demasiado lenta», puntualiza Sue, que aquí no tiene mucho tiempo para cocinar y ha preferido recurrir a un restaurante (chino, claro) para los banquetes familiares. «Hemos reservado platos especiales». Tampoco faltan los chinos vizcaínos que viajan estos días a Madrid, porque allí, con una comunidad mucho más numerosa, se organiza un extensísimo programa de actos, en el que no faltan las carrozas ni el espectáculo de fuegos artificiales.

–Por cierto, ¿celebraron también el año nuevo occidental el 1 de enero?

–Claro que sí –asiente Jiaqi–, lo celebré siguiendo más o menos las tradiciones de aquí, con las doce uvas en Nochevieja.

–Yo, con la familia de mi marido –añade Sue–. Comimos cordero, croquetas, otros fritos, tarta de San Marcos... Etcétera, etcétera.

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