El fallo de una pieza impide activar el radar de tramo de Saltacaballo desde hace un año
El cinemómetro ha sufrido problemas en otras comunidades y Tráfico no lo activará hasta que se garantice su funcionamiento
José Carlos Rojo
Lunes, 30 de junio 2025, 07:20
Hace aproximadamente un año que finalizaron las obras del nuevo radar de tramo de Saltacaballo, pero aún no se ha puesto en marcha. La instalación ... de los aparatos y las cámaras, la señalización, la homologación que corre a cuenta del Centro Español de Metrología... Todo está listo y debería de estar funcionando desde hace meses. Pero el fallo en una pieza clave de todo el engranaje lo ha impedido. Se trata del conocido técnicamente como inversor de corriente, parte fundamental para la transformación de la energía solar en eléctrica e imprescindible en unos postes provistos de paneles fotovoltaicos para su funcionamiento.
Esta tecnología ya se ha instalado fuera de Cantabria y ha presentado un problema de sobrecalentamiento que amenaza el buen funcionamiento del conjunto. Desde la Jefatura Provincial de Tráfico se ha asegurado que no se activará el equipo, que suministra Indra, hasta que no se asegure la subsanación de este problema. ¿Los plazos? Son completamente desconocidos porque la firma aún no se ha manifestado.
La consecuencia de todo ello es que la Jefatura Provincial de Tráfico, que tenía previsto contar desde hace meses con el servicio de esta nueva instalación -que busca reducir la siniestralidad en este punto crítico de la A-8-, tendrá que esperar aún para poder hacer realidad ese deseo. El futuro radar de tramo, el segundo de Cantabria tras la puesta en marcha en marzo de 2018 del que controla el punto negro de la N-629 a su paso por Limpias, tiene como objetivo impedir, sobre todo, las colisiones menores -por alcance- que son las que mayoritariamente se dan en esta zona de conexión con Bizkaia y entorpecen la circulación sobre todo en días críticos, cuando hay gran densidad de vehículos.
Uno de los últimos anuncios realizados por el responsable de la Dirección General de Tráfico en Cantabria fue a este periódico en junio de 2024: «Según nos informan los ingenieros, lo más fácil es que la obra esté terminada a finales de julio o principios de agosto, con lo que su puesta en marcha tardará sólo algunos días más», informó sobre el control de velocidad del tramo que discurre durante algo más de seis kilómetros entre Castro Urdiales y el viaducto de Ontón.
Lo que se desconocía por aquel entonces es que los mismos báculos que Indra ha instalado en Cantabria eran los que están dando problemas en otros radares de tramo que se han puesto ya en marcha en otras comunidades. Problemas que están inhabilitando en algunos casos los aparatos y que están dando al traste con las mediciones, que deben ser homologables, para que la sanción pueda ser aplicada.
Eso sí, ya entonces se anunció que la instalación sería autónoma en materia de energía, porque funcionará con paneles solares. Se explicó también que después llegaría el trabajo de los expertos del Instituto Nacional de Metrología (INM) que se trasladarían a Cantabria para tomar medidas y comprobar que cumple con todos los requisitos. Todo este trabajo ya se ha realizado; pero ahora todo sigue pendiente de la pieza defectuosa en cuestión.
Lo previsto, una vez esté todo listo, es que el radar comience a funcionar y a comunicar infracciones; aunque las sanciones no serán instantáneas. Se mantendrá un periodo de información «indeterminado», pero acorde con lo que se supone que tiene que ser adecuado para que todo conductor sea consciente de que ese radar existe, cómo funciona y las sanciones que puede emitir si uno no lo respeta.
Si se conduce desde Santander hacia Bizkaia, se pueden observar dos tótems en ambos sentidos en el kilómetro 147, unos metros antes de la salida hacia el término municipal de Castro Urdiales. Mientras, otros dos controlarán también ambas direcciones y están en el kilómetro 140,5, tras el paso del viaducto de Ontón.
Aumento de velocidad
Cuando se dio a conocer, la medida llegó rodeada de cierta sorpresa por el cambio en el límite de velocidad. A muchos usuarios les llamó la atención. Concretamente pasará de los 80 kilómetros por hora que se permiten en la actualidad hasta los 100, pero todo tiene su razón de ser. «Entiendo que pueda resultar chocante, pero lo que hacemos con esto es buscar una velocidad más homogénea para todos los vehículos y evitar así esos cambios bruscos, esos frenazos que todos conocemos y que pueden resultar altamente peligrosos», señaló en su día el responsable de la DGT.
Son esas situaciones las que desencadenan un mayor número de siniestros. Unos que no arrojan daños personales significativos pero que sin embargo terminan causando graves trastornos al tráfico, ya que causan largas retenciones, a veces en horas punta y en fechas clave, en las que el gran número de desplazamientos congestiona aun más la autovía. En cuanto todo esté solucionado, Tráfico espera que, como sucedió en Limpias, los accidentes se reduzcan en este tramo de autovía del Cantábrico.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión